Los 27 apelan al orgullo y la unidad de los europeos en su 60.º cumpleaños

Cristina Porteiro
CRISTINA PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La UE se compromete a atajar la desafección ciudadana para evitar más deserciones

26 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La UE cumplió ayer su sexagésimo cumpleaños en Roma. Lo hizo a 27, sin la presencia del Reino Unido. Londres prepara al otro lado del canal de la Mancha los papeles del divorcio. Llegarán el miércoles a Bruselas. Las tensiones internas, las amenazas externas y el cúmulo de crisis sin cerrar que arrastra el bloque no consiguieron empañar la cita para pesar de quienes insisten en prejubilarla. «Nos sentimos orgullos de sus logros. Para nuestra fortuna, estamos unidos», clamaron juntos sus líderes. La UE resiste y se proclama «indivisible». Ahora le toca reinventarse.  

¿Qué rumbo tomará la Unión?

La declaración de Roma sugiere que los 27 se adentrarán en una doble vía de los 5 caminos  propuestos por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. La número 3 («Los que desean hacer más, hacen más») y la 4 («Hacer menos, pero de forma más eficiente»). Esto significa que socios como Alemania, Francia y España podrán avanzar a otro ritmo «cuando sea necesario», es decir, cuando otros países obstaculicen la integración. Por otro lado se desliza la intención de echar el freno de mano a la centralización de competencias en Bruselas: un guiño para contentar a los más reacios y evitar nuevas rupturas. 

¿Habrá varias velocidades? 

Para sortear el veto de los más euroescépticos. En los últimos años la capacidad de maniobrar de la UE se ha reducido por la presión de algunos miembros, ralentizando la respuesta a las crisis. Un claro ejemplo es la oposición de países como Polonia a participar en el programa de cuotas para el reparto de refugiados en la UE. Sus capitales se resisten a ceder más competencias a Bruselas, algo imprescindible si se quiere avanzar en dosieres como la unión bancaria, creación de una Hacienda europea o la política común de asilo. 

¿Qué importancia tiene la declaración de Roma para los ciudadanos?

Los líderes han actualizado su agenda de prioridades para atender a las nuevas preocupaciones de los ciudadanos y evitar más deserciones tras el brexit en Francia o Italia, donde crecen los partidos eurófobos. Por eso el trabajo de los 27 se enfocará hacia la seguridad y protección frente al terrorismo y la crisis migratoria, la mejora de la competitividad para lograr mayores niveles de prosperidad sin dar la espalda a la las desigualdades sociales y la «cohesión», la gran perdedora tras la crisis del Euro. También deberán forjar un nuevo rol en la arena internacional si no quieren quedar sepultados por el proteccionismo de Trump y el desafío de Putin. 

¿Los líderes europeos han hecho autocrítica? 

Sí, aunque con la boca pequeña. «Debemos dar a los ciudadanos la protección social que esperan», declaró el maltés Joseph Muscat. «Prometemos escuchar y responder a sus preocupaciones», reza la declaración. El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, también reconoció que la UE reaccionó «demasiado tarde». Bruselas calienta los motores para reforzar el pilar social de la Unión a escasas semanas de las elecciones francesas y a pocos meses de las alemanas. 

¿Están todos satisfechos?

No. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, no cree que la mejor manera de mantener unida a la UE sea con un motor a varias velocidades. También tuvo reproches para países como Polonia, que siempre obstaculizan los acuerdos: «No basta con llamar a la unidad y protestar. Es más importante respetar las reglas, los valores y las libertades».