Rutte refuerza su imagen con su gestión de la crisis con Turquía

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

YVES HERMAN | reuters

En su único cara a cara con Wilders, llama a los votantes holandeses a ser los primeros en frenar el populismo

14 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Quiero que Holanda sea el primer país en frenar el mal populismo. Estas elecciones son los cuartos de final. Las semifinales son en Francia en abril y mayo y la final, en Alemania en septiembre». Fue el mensaje que lanzó este lunes el primer ministro holandés, Mark Rutte, a sus compatriotas que acudirán mañana a las urnas para elegir al nuevo Gobierno. Su objetivo: frenar el efecto dominó del populismo propagado con el brexit y la victoria de Donald Trump

El liberal del VVD y el xenófobo del PVV Geert Wilders mantuvieron este lunes un tenso cara a cara en televisión. Aprovecharon su primer y único debate para sacar músculo en torno a tres asuntos prioritarios: la pérdida de identidad, el islam y la guerra diplomática desatada con Turquía tras negarse la entrada a dos ministros turcos para hacer campaña a favor del referendo constitucional del Recep Tayyip Erdogan

Tanto Rutte como Wilders compiten por atraer al 60 % de votantes indecisos. Una cifra muy alta en comparación con el estrecho margen que les separa: el 16 % para el VVD frente al 13 % del PVV. Sus líderes no dudaron ayer en sacar a relucir la polémica migratoria y el enfrentamiento con Ankara para demostrar al electorado más escéptico con la inmigración que no cederán a las provocaciones turcas.

«Turquía es un país orgulloso, pero Holanda también lo es y no vamos a negociar nunca bajo amenaza», manifestó Rutte, quien ha hecho gala durante toda la campaña de un discurso inusualmente duro con los inmigrantes, a los que invitó a abandonar el país si no se comportaban de forma «normal». Los expertos coinciden en que esa estrategia y la actitud desafiante frente a Erdogan, al que exige disculpas por compararlos con los nazis, han reforzado su imagen y reducido las posibilidades de una fuga de votos hacia Wilders.

El xenófobo exigió la expulsión del embajador turco y atacó a la comunidad turca de Holanda al asegurar que si el 60 % apoya a Erdogan es señal de que «no están integrados». Rutte replicó de inmediato: «Aquí vemos la diferencia entre tuitear desde el cómodo sillón de tu casa y gobernar el país», dijo con sorna, entre aplausos de los asistentes.

«Una policía del Corán»

Wilders, con cara de enfado durante todo el debate, no se amilanó y apuntó hacia la comunidad musulmana. Durante su intervención propuso cerrarle las fronteras y deslizó la propuesta de una «policía del Corán» que vigile su actividad. 

En el tema de la UE, Wilders defendió el nexit, porque seremos nuevamente el jefe en nuestra propia casa». Rutte rechazó la propuesta: «Una salida de la UE es irresponsable y hundirá a nuestro país en el caos».

El populista sigue cayendo en los sondeos a pesar de todo. Rutte no quiere dar el partido por ganado y urge a los votantes a no relajarse. «Si creen que el PVV no puede convertirse en el primer partido, miren lo que ocurrió con el brexit o con Trump», insistió sin hacer referencia al cordón sanitario que han acordado los principales partidos para evitar que tras una eventual victoria del populista forme Gobierno.