Londres impone un formulario de 85 páginas para lograr una residencia

rita álvarez tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

JUSTIN TALLIS | AFP

Los gallegos en el Reino Unido se quejan del aumento de trabas a causa del «brexit»

07 mar 2017 . Actualizado a las 20:10 h.

«Todos estamos igual, hablando del documento, de si solicitamos la residencia británica, de si no hacerlo», explica Gemma Pardo, una artista gallega que lleva 17 años viviendo en Londres. Al igual que la mayoría de los tres millones de europeos que se calcula residen en Reino Unido, las opciones sobre su futuro tras el brexit no están claras. El documento de 85 páginas para solicitar al residencia permanente se ha convertido en una pesadilla para ella y sus amigos.

Casada con un británico, con el que tiene un hijo, a Pardo le parece que toda la burocracia que rodea a este asunto es «un poco ridícula». Son 17 años de estudios, de trabajo, de inmersión cultural y lingüística, pero poco parecen contar. Ahora tiene que demostrar que lleva cinco años seguidos trabajados aquí. Tiene que probar las entradas y salidas al país, sus ingresos, contar con cartas de sus empleadores, y un largo etcétera.

Pardo explica que el caso de cada europeo es un mundo, pero ella tiene claro que «no voy a dejar a la mitad de su familia aquí». Sus viajes constantes a Galicia y a otros puntos del mundo hacen que tenga miedo de que su aplicación se complique. Más, cuando lee casos en los medios como el del francés Bruno Pollet.

A este científico, casado con la escocesa Emma Pollet, el ministerio del Interior le rechazó su aplicación para obtener la residencia permanente tras llevar viviendo y trabajando dos décadas en Swansea. Su mujer acusa a la primera ministra, Theresa May, de «ignorar completamente» la difícil situación que viven tras el brexit los británicos casados con europeos. «No confío en el Gobierno en absoluto, no me han dado ninguna señal positiva de que resolverán esto», se lamenta.

Pardo entiende que Londres tenga que poner en marcha un procedimiento, pero obligarlos a pagar hasta 2.000 libras por todo el proceso le parece «exagerado». Además, los solicitantes se quedan sin pasaporte los seis meses que lo requisan las autoridades, un tiempo que juzga «demasiado largo».

Su hermano, Ricardo Pardo vive una situación similar al llevar 20 años trabajando en Reino Unido. Recién llegado de un viaje a Grecia, este diseñador de producción confía en que la situación de los europeos se normalice con un acuerdo, sin llegar a tener que pedir visados o tener que cubrir el citado documento de 85 páginas.

Trabajador autónomo, con viajes continuos a América y por la UE, lo que más difícil encuentra es «demostrar que hayas salido y entrado del país». Solo en los tres primeros meses de 2017 ya ha viajado a tres países diferentes, por lo que revisar cada contrato y probar los viajes de dos décadas le parece «una locura».

Para Pardo, el hecho de que en España haya más de 300.000 británicos residentes, pero en el caso contrario menos de la mitad, es una ventaja para que Madrid y Londres lleguen a un acuerdo que garantice la movilidad. «No hacerlo me parece una estupidez. Yo estoy esperando a que se ponga en marcha el Artículo 50 que active el brexit y a que el Gobierno español aconseje, porque siendo disléxico, para cubrir el documento de 85 páginas, voy a necesitar 50 copias para hacer una bien», comenta dejando como ultimísimo recurso pedir el pasaporte británico.