Erdogan califica a Alemania de «nazi» por prohibir mítines a favor del referendo turco

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

OZAN KOSE | AFP

El presidente enciende los ánimos y avisa a Merkel: «Si no me dejáis entrar, haré un levantamiento»

06 mar 2017 . Actualizado a las 07:42 h.

«Alemania se ha salido del camino de la democracia. Sus prácticas actuales son incluso comparables con las del régimen nazi». Con estas palabras, el presidente turco reabría ayer la herida más profunda de la primera potencia europea, indignado después de que varias localidades alemanas prohibieran esta semana la celebración de mítines a favor del sí en el referendo constitucional del próximo 16 de abril. «Si quiero, voy mañana mismo. Y si no me dejáis entrar o intervenir, protagonizaré un levantamiento», amenazó Recep Tayyip Erdogan, dejando en el aire si llegará o no a trasladarse en persona hasta Alemania, donde residen cerca de 1,4 millones de turcos que tienen derecho a participar en la consulta popular que aspira a transformar Turquía en un sistema presidencialista. Mientras, y pese a haberle cancelado dos intervenciones previstas para el pasado fin de semana, su ministro de Economía, Nihat Zeybekci, se presentó ayer en un concierto que tuvo lugar en Leverkusen y, a última hora de la tarde, acudió a hacer campaña a un hotel de Colonia. Dos eventos que, al ser privados, las autoridades no podían evitar. 

Artículo conciliador

«Tal vez en estos días, cuando lo que nos separa parece imponerse, resulta difícil destacar lo que nos une. Pero no debemos dejar que se dañe el fundamento de la amistad entre nuestros dos países», escribía ayer en un artículo en el diario Bild el ministro alemán de Exteriores, tratando de calmar los ánimos tres días antes de la reunión con su par turco. Consciente de que Berlín necesita a Ankara para frenar el flujo de refugiados que llegan al continente, Sigmar Gabriel, pidió mantener abierto el diálogo. Eso a pesar de que en los últimos días el Ejecutivo turco ha acusado al alemán de proteger a terroristas, de comportarse de un modo fascista y hasta de enviar agentes, como el corresponsal de Die Welt Deniz Yücel, que lleva casi tres semanas detenido en Estambul. Gobiernos de países vecinos con importantes comunidades turcas, como Holanda y Austria, han sido explícitos a la hora de rechazar la organización de mítines en su territorio. Es más, en una entrevista con el Welt am Sonntag, el ministro austríaco de Exteriores, Christian Kern, volvió a exigir que se interrumpan las negociaciones para la entrada de Turquía en la UE.