El Parlamento europeo retira la inmunidad a Marine Le Pen

alexandra F. Coego PARIS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CAROLINE BLUMBERG | EFE

Decenas de altos cargos conservadores abandonan a Fillon

03 mar 2017 . Actualizado a las 07:44 h.

El Parlamento Europeo revocó ayer la inmunidad parlamentaria de la que se beneficiaba Marine Le Pen a petición de un juzgado galo que busca imputarla por «difusión de imágenes violentas». La Fiscalía de Nanterre, al norte de París, quiere juzgar a la presidenta del populista Frente Nacional (FN) por haber publicado en Twitter fotografías de la ejecución de una víctima del Estado Islámico (EI). Los eurodiputados votaron la medida con efecto inmediato con «una gran mayoría a favor», según declaró Dimitrios Papadimoulis, del grupo de extrema izquierda Grupo Unido Republicano. La nulidad de su inmunidad concierne tan solo la investigación concerniente a las imágenes del EI y no se extiende a su imputación por haber creado hasta dos trabajos falsos en el Parlamento europeo, caso en el que Le Pen se ha negado a colaborar con la Justicia. 

Los hechos por los que se la investiga ahora se remontan a diciembre de 2015. Después de que un periodista comparase al EI y al FN, la dirigente ultraderechista decidió publicar en Twitter imágenes de la decapitación de James Foley, un periodista británico, acompañadas del mensaje  «¡Esto es Daesh!». Le Pen exhibió un día entero su pobre ejercicio de contra-argumentación, ganándose las feroces críticas del resto de partidos, y solo retiró las fotografías del cadáver cuando la familia de la víctima se lo solicitó. Se justificó alegando que «no sabía que era una fotografía de James Foley» porque «está a disposición de todos en Google». En Francia, el delito de distribución de imágenes violentas está penado con hasta tres años de prisión y una multa de 75.000 euros. 

La tormenta judicial en la que se ha visto sumido François Fillon amenaza con hundirlo aún más y ya son numerosos los que han abandonado el barco. El primero fue Bruno Le Maire, pocas horas después de que Fillon rompiese su promesa y anunciase que continuará con su campaña pese la imputación. Le han seguido la agrupación centrista Unión Democrática Independiente y hasta 31 representantes de su propio partido, Los Republicanos. Otros 15 alcaldes de derechas publicaron una tribuna solicitando su retirada con el argumento de que «ya no reúne las condiciones para portar serenamente nuestro proyecto y nuestros valores». Arnaud Robinet, alcalde de Reims, evocó un «suicidio colectivo» y dijo estar preparando «un llamamiento a los alcaldes de las grandes ciudades» para que hagan lo propio.

Registro policial

Fillon ha decidido mantenerse firme y restarle importancia insistiendo en que continuará «sin ellos» ya que «la base aguanta». Pero sus desgracias no se acaban. Su domicilio en París fue registrado ayer por agentes de la oficina central de lucha contra la corrupción en el marco de la investigación que busca determinar si dio trabajos falsos a su mujer y a sus dos hijos. El ex primer ministro está acusado de una malversación de fondos cercana a un millón de euros, de tráfico de influencias y encubrimiento.

Macron desvela sus cartas

El lugar en el que presentó su programa electoral fue un mensaje en sí mismo: el Pavillon Gabriel se encuentra a un paso del palacio del Elíseo, el centro del poder en Francia. Sin los problemas judiciales de sus dos principales rivales, Emmanuel Macron desveló ayer las grandes líneas de acción de su presidencia para el caso de que gane los comicios. Sus propuestas, las más tardías pero también las más esperadas, se resumen en la frase de que quiere una «transformación radical».

«Nací en una ciudad de provincias francesa (Amiens), fui funcionario más tiempo que banquero. Digo con mucho orgullo que soy el candidato de las clases medias y populares», proclamó mientras desgranaba seis grandes áreas de acción. El líder de ¡En Marcha! quiere simplificar el sistema de indemnizaciones por desempleo y armonizar los diferentes regímenes de pensiones para «poner fin a las desigualdades» entre el sector público y el privado. También propone bajar los impuestos a las empresas y eliminar el impuesto sobre la vivienda al 80% de los hogares. Prevé crear 10.000 puestos de policía en cinco años, al igual que 15.000 plazas en prisiones y centros de retención especiales para los presos radicalizados.

No desaprovechó la agonía de Fillon para clavarle una nueva daga y, a petición del presidente del Movimiento Democrático François Bayrou, también incluyó medidas anticorrupción, como prohibir que los parlamentarios contraten «amigos o miembros de su familia». Si bien quiere eliminar 120.000 puestos de funcionarios, Macron propone crear entre 4.000 y 5.000 puestos de maestros y aumentar la inversión en los colegios públicos de las zonas más desfavorecidas. Finalmente, quiere hacer de la igualdad entre hombres y mujeres «una causa nacional».