Wilders suspende su campaña tras el arresto de uno de sus guardaespaldas

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ROBERTO PFEIL | afp

El agente está acusado de filtrar información sensible a una banda de criminales

24 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La polémica sacude de nuevo a los Países Bajos a solo tres semanas de las elecciones. El líder del partido xenófobo PVV, Geert Wilders, vuelve a ser protagonista del último escándalo al que asisten estupefactos los holandeses.

En esta ocasión no han sido sus mentiras, ataques verbales o su verborrea tóxica lo que acaparó la atención del país sino la precipitada renuncia del ultraderechista a continuar con los actos públicos de campaña. ¿Qué puede hacer que el político más provocador de Holanda suspenda de un día para otro su actividad a las puertas de los comicios? La detención de uno de los agentes de su equipo de seguridad, al que la policía investiga por haber filtrado información sensible a una banda de criminales holandeses y marroquíes.

«Las noticias son tremendamente perturbadoras», señalaba ayer Wilders en un tuit que dejó helada a la opinión pública. También se quejó de la actuación opaca de las fuerzas de seguridad e inteligencia holandesas por no haberle puesto sobre aviso. «Hasta que no se conozcan los hechos sobre la investigación de corrupción del agente, el PVV suspende los actos públicos», anunció. 

El líder de los eurófobos holandeses considera que su seguridad estuvo y está en riesgo tras estas revelaciones y por eso se niega a continuar con su agenda. Quiere que le garanticen que su vida no correrá peligro si se expone en público. No es para menos. Desde el asesinato a sangre fría en el 2004 del famoso director de cine antimusulmán, Theo van Gogh, Wilders ha recibido multitud de amenazas por su postura radicalmente contraria a la convivencia con la comunidad islámica. Desde entonces no da un solo paso sin la sombra de sus guardaespaldas, quienes custodian también la residencia del parlamentario. 

El sospechoso ha sido puesto en libertad a la espera de las investigaciones de la policía. El diario holandés De Standaard apunta datos sobre su identidad. Se trataría de Faris K., un agente de 30 años de origen marroquí encargado de ejecutar operativos de seguridad. El acceso a datos de vital importancia sobre los movimientos del político es lo que ha hecho saltar las alarmas. No se sabe quién puede haber aprovechado esa información ni con qué fines.

La policía trata de aclarar si la trama habría accedido a documentos clave sobre la protección de personas sensibles como los miembros de la familia real, diplomáticos, políticos. Faris ya estaba en el punto de mira de los servicios de seguridad después de la detención de su hermano, Said K., en el año 2007. Entonces fue expulsado del cuerpo de agentes de Utrecht tras compartir con amigos información confidencial de un asesinato. Desde entonces efectuaron multitud de escuchas a su entorno hasta constatar la existencia de lazos entre Faris y la banda organizada. 

El anuncio enloda todavía más una campaña envuelta en polémica desde su arranque por los comentarios xenófobos de Wilders, quien recientemente se refirió a los marroquíes como «escoria». Los sondeos dan la victoria al líder del PVV, que podría conseguir 30 escaños frente a los 24 del partido del primer ministro liberal Mark Rutte. Está por ver el efecto que este escándalo tendrá sobre el voto el próximo 15 de marzo. La oposición teme que una victoria rotunda del PVV fuerce a algunos partidos a negociar con el eurófobo, quien amenaza con «una revuelta» si le marginan.