Cuba impide la entrada al secretario de la OEA para recibir un premio opositor

La Voz LA HABANA / EFE

INTERNACIONAL

El secretario general de la OEA, Luis Almagro
El secretario general de la OEA, Luis Almagro Juan Manuel Herrera | efe

Tampoco dejó entrar en el país al expresidente mexicano Felipe Calderón, invitado al acto

23 feb 2017 . Actualizado a las 07:44 h.

Una entrega de premios organizada por opositores cubanos ayer en La Habana desembocó en un inesperado conflicto diplomático entre Cuba, México y Chile, después de que La Habana vetara la entrada al país de tres de los invitados al acto, entre ellos el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el expresidente mexicano Felipe Calderón.

Almagro, Calderón y la exdiputada chilena Mariana Aylwin no pudieron viajar al país caribeño para participar en una convocatoria de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, organización presidida por Rosa María Payá, hija del fallecido disidente Oswaldo Payá, y que el Gobierno de la isla tildó de «provocación».

Las cancillerías chilena y mexicana lamentaron la decisión de Cuba, pero Chile fue más allá y anunció que llamará a consultas a su embajador en el país caribeño. La única respuesta oficial por parte del régimen castrista ha partido de su embajada en Chile, que mediante un comunicado se refirió al asunto como «una grave provocación internacional contra el Gobierno cubano» con el fin de «generar inestabilidad interna» y afectar las relaciones diplomáticas de la isla con otros países.

La vivienda de los Payá en un barrio de La Habana era el lugar donde debía celebrarse un homenaje y la primera edición del premio «Oswaldo Payá: Libertad y Vida», un acto que finalmente se llevó a cabo, pero con las sillas vacías de los invitados internacionales que no pudieron viajar a Cuba. Al acto acudió en torno a una veintena de invitados, entre los que se encontraban la jefa de la sección político-económica de la embajada de Estados Unidos en Cuba, Dana Brown, así como representantes diplomáticos de Suecia y la República Checa. Pese a la tensión que generó la ceremonia, las autoridades no impidieron que se celebrara.