Las fuerzas iraquíes lanzan la ofensiva final sobre Mosul

La Voz MADRID / REDACCIÓN

INTERNACIONAL

AHMAD AL-RUBAYE | AFP

Avanzan con la idea de borrar cualquier huella del último bastión del Estado Islámico en su país

20 feb 2017 . Actualizado a las 07:38 h.

Las fuerzas iraquíes, con el apoyo de la alianza internacional que lidera Estados Unidos, avanzan hacia el oeste de Mosul para acabar con el último bastión que le queda en el país al grupo yihadista Estado Islámico (EI). El primer ministro iraquí, Haider al- Abadi, esperó a la conferencia de seguridad de Múnich para obtener el apoyo necesario y anunciar el lanzamiento del asalto definitivo a la capital del califato.

Como ocurrió en octubre, cuando se puso en marcha la operación en el este de la ciudad, el avance resultó rápido en las primeras horas. Según Colpisa, las fuerzas gubernamentales lograron rescatar cinco aldeas del extrarradio y acercarse a pocos kilómetros de la base de Ghazlani, lugar en el que los yihadistas asesinaron a 190 soldados en octubre y donde se incautaron de un gran arsenal cuando tomaron la ciudad por sorpresa en el verano del 2014.

Fuentes militares revelaron que el avance se produce por cuatro frentes de forma simultánea y que el objetivo prioritario es alcanzar lo antes posible el aeropuerto para establecer allí un centro de mando desde el que dirigir las operaciones. Naciones Unidas alerta de la presencia de unos 600.000 civiles en esta parte de la ciudad. En el anuncio de la ofensiva Al-Abadi pidió a sus hombres «respeto a los derechos humanos» y máximo cuidado con los desplazados por el conflicto. El EI está cercado y desde que perdiera el este de Mosul, hace un mes, se calcula que podría tener aún 5.000 combatientes atrincherados en esta orilla del Tigris, donde se sitúa la parte vieja de Mosul. 

Rendirse o morir

Desde el aire se lanzaron panfletos para alertar a los seguidores del califa de que solo les quedan dos opciones «rendirse o morir», pero ya han demostrado su capacidad de resistencia en la lucha urbana donde cuentan con túneles, francotiradores, artefactos explosivos improvisados y combatientes dispuestos a convertirse en kamikazes para alcanzar el paraíso.

Mosul es «un rudo combate para cualquier ejército», aseguro el comandante estadounidense Stephen Townsend, quien afirmó que «las fuerzas iraquíes están a la altura del desafío». EE.UU. cuenta con 5.000 militares sobre el terreno para supervisar la operación terrestre y coordinar los ataques aéreos, claves para el avance de los iraquíes en los primeros momentos. Después, cuando empiecen los combates calle por calle, será más complicado el uso de aviación debido a la fuerte presencia de civiles y llegará el turno de las fuerzas especiales, entrenadas y armadas por Washington y sus aliados.

«Trabajamos contrarreloj para preparar sitios de emergencia a fin de recibir a las familias desplazadas», señaló la coordinadora humanitaria para Irak de la ONU, Lise Grande, que elevó a 400.000 el número de personas que podrían verse obligadas a escapar de los combates.

En el asalto de octubre a la zona oriental huyeron más de 217.000 personas y de ellas 57.000 ya han podido regresar a sus barrios tras la expulsión del EI, según datos del organismo internacional. La organización Save The Children pidió a las fuerzas iraquíes a hacer «todo lo necesario para proteger» a los 350.000 niños que calculan podrían estar atrapados en mitad de los combates.

La guerra contra el EI y el final del califato son claves para la seguridad en Oriente Próximo, pero también en el resto del mundo, ya que el grupo, pese a perder terreno en Irak y Siria, se ha consolidado como una amenaza global con capacidad de golpear en otros países.

Nueva ronda de negociaciones sobre Siria con el enigma de qué hará EE.UU.

La ONU consideró ayer justificado que se reanuden hoy en Ginebra las negociaciones de paz entre el régimen sirio y la oposición, mientras los poderes regionales implicados de uno y otro lado mantienen sus diferencias respecto a las fracturas sectarias de Oriente Medio. El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, aseguró ayer en la jornada final de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) que «es el momento de empezar las conversaciones», ya que «el espacio» para «una discusión política» «empieza a estar ahí». Ambas partes se reunirán hoy en la ciudad suiza, con el enigma de cuál será el rol que jugará EE.UU.