Gorsuch cree desmoralizador el ataque de Trump a la Justicia

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Neil Gorsuch, candidato de Trump para el Tribunal Supremo de Estados Unidos
Neil Gorsuch, candidato de Trump para el Tribunal Supremo de Estados Unidos SHAWN THEW | EFE

El nominado a ser juez del Supremo se desmarca del presidente

10 feb 2017 . Actualizado a las 01:24 h.

El presidente de EE.UU. ha tachado de mentiroso al senador demócrata Richard Blumenthal, después de que este revelase que el juez nominado por la Casa Blanca al Tribunal Supremo, Neil Gorsuch, consideraba los ataques de Donald Trump a la Justicia como «descorazonadores» y «desmoralizadores». «El senador Richard Blumenthal, que nunca combatió en Vietnam pese a decir durante años que lo hizo (gran mentira) ¿Ahora tergiversa lo que el juez Gorsuch le dijo?», cargó en un tuit Trump.

La polémica comenzó hace una semana cuando el presidente censuró la actuación judicial a cuenta del bloqueo que el magistrado James Robart, ordenó de su veto antiinmigrante: «La opinión de ese supuesto juez es ridícula», dijo entonces.

Blumenthal mantuvo una reunión con Gorsuch el miércoles en el Senado, donde el juez le transmitió su opinión al respecto. Es más, sus palabras no solo fueron confirmadas por su propia oficina, también fueron corroboradas ayer por el senador republicano Ben Basse, quien añadió que Gorsuch hizo su defensa del poder judicial «de forma apasionada». El asesor demócrata Zac Petkanas fue más allá y aseguró que las críticas del juez están «orquestados» desde la Casa Blanca para que parezca independiente.

Trump obvió los testimonios e insistió: «Sus comentarios fueron malinterpretados», dijo durante una comida con senadores demócratas y republicanos, para precisamente discutir sobre la nominación de Gorsuch.

Después, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, confirmaba primero que no había arrepentimiento alguno por parte de Trump con respecto a sus ataques a los jueces y después que el presidente continuaría comentando lo que estimase oportuno.

Jeff Sessions juró su cargo de fiscal general de EE.UU. en el despacho oval con la promesa de «combatir el crimen» y la «ilegalidad migratoria». «Esto no está mal. No es inmoral ni tampoco indecente», defendió en un discurso que muchos interpretan como un anticipo de una ola de deportaciones. Conocido por sus posturas antiinmigrantes y racistas, Sessions dejó claro que su prioridad será combatir la inmigración ilegal «que amenaza la seguridad pública y hace bajar los salarios de los trabajadores».

Su declaración de intenciones fue aplaudida por el presidente, quien a su lado asentía con cada una de sus afirmaciones: «Empieza una nueva era en la Justicia», añadió, antes de firmar tres órdenes ejecutivas «diseñadas para restaurar la seguridad» y en concreto una de ellas, para combatir «los carteles criminales».

Sessions tomó posesión rodeado de un ambiente de tensión, después de que su oscuro pasado haya hecho mella en un Senado que sigue debatiendo las polémicas nominaciones del Gabinete presidencial con retraso. El nuevo fiscal general es el octavo miembro del Gobierno confirmado. A estas alturas hace ocho años, Obama tenía 23 confirmados, incluidos jefes y subsecretarios de departamento.

Además, varios nominados están acusados de presentar información engañosa sobre su historial financiero. Es el caso de Tom Price, Steven Mnuchin o Andrew Puzder, nominados a dirigir Sanidad, Tesoro y Trabajo, respectivamente.

El presidente contacta por carta con Xi Jinping y le pide una «relación constructiva»

En vez de la esperada llamada telefónica, Donald Trump envió a su homologo de China, Xi Jinping, una carta en la que señala que espera desarrollar «una relación constructiva que beneficie tanto a Estados Unidos como a China», además de trasladarle, con dos semanas de retraso, sus saludos a él y a su pueblo por el Año Nuevo chino.

La decisión de enviar una carta en vez de telefonear al dirigente de la segunda economía del mundo es todo un desaire, además de plantear muchas dudas acerca de la voluntad de Trump de relacionarse con un país al que acusó de «robar» empleos estadounidenses y al que desairó al aceptar una llamada de la presidenta de Taiwán. No obstante, Lu Kang, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, quiso templar los ánimos y optó por alaba la misiva en su rueda de prensa diaria. Eso sí, apuntando que «la cooperación es la única opción correcta para ambos países».