El alud que sepultó el hotel en Italia pesaba casi 120.000 toneladas

EFE

INTERNACIONAL

Atlas TV

Los equipos de rescate han localizado un núevo cadáver, con lo que el número de fallecidos asciende a seis, pero continúan trabajando en condiciones extremas en la búsqueda de algún superviviente más

22 ene 2017 . Actualizado a las 18:57 h.

El alud que el miércoles sepultó el hotel de Rigopiano en el centro de Italia con una treintena de personas en su interior pesaba casi 120.000 toneladas y arremetió contra el edificio a una velocidad entre los 50 y 100 kilómetros por hora. El teniente coronel de los carabineros forestales (Meteomont), Vincenzo Romeo, aportó estos datos en declaraciones al canal SkyTG24 pero subrayó que por el momento se trata de una estimación realizada tras una inspección en el lugar de la avalancha.

La cabecera o zona de origen del alud tenía una longitud de 250 metros y un espesor de dos metros y medio. Los carabineros creen que en su origen, el alud pesaba entre 40.000 y 60.000 toneladas pero aumentó hasta las 120.000 toneladas al deslizarse 2 kilómetros por una pendiente de 35 grados y alcanzar una velocidad de 100 kilómetros por hora. A su llegada a la zona donde se asienta actualmente, sobre el hotel, ha cubierto con 300.000 metros cúbicos de nieve un área de ochocientos metros de largo por cien de ancho, con un espesor de cuatro metros que ejerce un peso de 400 kilos por metro cúbico.

El corrimiento de nieve se produjo el pasado miércoles cerca del macizo del Gran Sasso, en plena cordillera de los Apeninos, después de las intensas nevadas caídas en la zona y supuestamente originado por los terremotos que sacudieron el área aquel día. El cúmulo de nieve se desprendió de la cresta del monte Siella, situada a 2.027 metros de altitud, arrastrando rocas, árboles y detritos y precipitándose sobre este el hotel balneario, ubicado a unos 1.300 metros.

Los grupos de rescate, sin descanso 

Las operaciones de búsqueda y rescate continuaron durante toda la noche en torno al hotel, donde han localizado un nuevo cádaver de un hombre, con lo que el número de víctimas asciende a seis. Hasta ahora once personas han sobrevivido, nueve de ellas rescatadas y permanecen desaparecidas veinticuatro, de acuerdo a los datos proporcionados por la delegación del Gobierno en Pescara. Los que han salvado la vida son tres mujeres, cuatro hombres y cuatro niños.

En torno al hotel de la tragedia, situado en plena cordillera de los Apeninos, continuaron hoy trabajando sin descanso y en condiciones extremas más de cien operarios, entre bomberos, militares, miembros de Cruz Roja y del Auxilio Alpino. Lo hacen con la esperanza de que alguna de las veintitrés personas que siguen desaparecidas haya logrado sobrevivir en alguna oquedad entre las ruinas como lo hicieron los que consiguieron salvar la vida.

Por ello los socorristas sondean el terreno con perros adiestrados y herramientas tecnológicas en busca de ruidos o señales bajo los metros de nieve en los que quedó sepultado el hotel.

Algunos socorristas afirman a los medios que en ocasiones se escuchan ruidos, pero estos pueden ser indicio de vida o proceder del movimiento de las ruinas del hotel, aplastado por toneladas de hielo. El responsable del Servicio de Prevención y Protección de los bomberos, Fabio Jerman, dijo en declaraciones a SkyTG24 que «la experiencia demuestra que puede haber esperanzas de vida» tras cuatro días.

Explicó que este domingo las condiciones meteorológicas en la zona del alud, a 1.300 metros de altitud, son malas e impiden subir aprovisionamientos con helicóptero, por lo que deben transportarlos a pie por la montaña.

Proceden con cautela por temor a que las ruinas del hotel se hundan o que se desencadenen nuevas avalanchas en esta zona montañosa. Y es que el riesgo de alud se encuentra en el cuarto grado de una escala con cinco niveles y se cree que la avalancha que aplastó el hotel y sobre la que trabajan los equipos de rescate no está del todo asentada sobre el terreno.

Por eso, ante el temor de un nuevo corrimiento, todos los operarios que suben al hotel deben hacerlo provistos de un sistema electrónico de localización de víctimas en caso de avalanchas y debe estar registrado por la central operativa.

El alud que sepultó a este hotel ubicado en plena cordillera de los Apeninos fue provocado presumiblemente por la conjunción de dos fenómenos distintos: las nevadas caídas en la zona, que no se veían desde hace décadas, y por la serie de terremotos del miércoles, cuatro de una magnitud superior a 5 en la Escala Richter.