El Estado Islámico se ensaña otra vez con los vestigios de Palmira

Laura F. Palomo JERUSALÉN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

YOUSSEF BADAWI | EFE

Los yihadistas destruyen totalmente el Teatro y el Tetrápilo, monumento típico de la arquitectura romana

21 ene 2017 . Actualizado a las 01:02 h.

El Teatro romano de la ciudad siria de Palmira ha vuelto a ser escenario de la ferocidad del Estado Islámico (EI). Los terroristas destruyeron la fachada del coliseo, del s. II, y las columnas del Tetrápilo, que data del siglo III antes de Cristo. Un monumento típico romano y símbolo del espíritu abierto y del encuentro de culturas que representaba la localidad. Quizá por ello los terroristas se ensañaron con estos restos históricos y esta semana escenificaron más brutalidad con ejecuciones en masa.

Las imágenes por satélite han confirmado el destrozo, que se habría producido entre el 26 de diciembre y el 10 de enero, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). No todas las columnas del Tetrápilo eran originales, ya que algunas habían sido rehabilitadas en los años 60. «Esta destrucción es un nuevo crimen de guerra y una inmensa pérdida para el pueblo sirio y la humanidad», declaró la directora general del organismo internacional, Irina Bokova.

Esta semana, los radicales mataron a doce prisioneros en Palmira, a balazos o decapitados, en el anfiteatro y en un antiguo campamento militar ruso, según manifestaron el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y activistas locales.

No es la primera vez que los terroristas intentan eliminar la identidad de Palmira, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1980, o utilizan sus emplazamientos monumentales como escenario de sus crímenes.

Durante la primera conquista de la urbe por los yihadistas, en mayo del 2015, destruyeron restos arqueológicos de más de 2.000 años de antigüedad, entre ellos el Templo de Bal y el Arco del Triunfo, además de parte de una gran columnata. Diez meses después, el Ejército sirio recuperó la posición con ayuda de los intensos bombardeos rusos y, aunque se constataron importantes destrozos, la Unesco aseguró que mantenía su estructura. Con el regreso de los terroristas a finales del 2016 ante la escasa presencia de tropas rusas y sirias, el alma histórica de Palmira ha sucumbido al peligro.