Trump llega a la Casa Blanca como el presidente más impopular en 40 años

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

DOMINICK REUTER | AFP

«Las encuestas las hacen los mismos que hicieron las electorales», dice el conservador

18 ene 2017 . Actualizado a las 18:14 h.

Las controversias de Donald Trump a lo largo de un turbulento período de transición han dejado a los estadounidenses con muchas dudas sobre si el magnate será capaz de ejercer la presidencia. Tanto es así que Trump, llegará a la Casa Blanca con la popularidad más baja en 40 años.

Según la última encuesta, un 40 % de los entrevistados tienen una opinión desfavorable sobre el republicano. Unos niveles que están 20 puntos por debajo de sus tres últimos predecesores (Obama juró como presidente por primera vez con el 84 % de aprobación, mientras que los niveles de Clinton y Bush, se situaban en el 67 % y 61 %, respectivamente).

«La misma gente que hizo las falsas encuestas electorales que estaban tan equivocadas, está ahora haciendo encuestas sobre los índices de aprobación. Están amañadas, como las de antes», cuestionó Trump.

El magnate agradeció también a General Motors su decisión de invertir mil millones de dólares en EE.UU. El anuncio supone una rendición más desde la industria automotriz, después de que Trump les amenazase con grandes aranceles si seguían fabricando en México.

No han sido los únicos. El sector de la aviación ha sufrido también el acoso del nuevo presidente. Solo hay que recordar las palabras entre Trump y Boeing y su amenaza de cancelarles el pedido del Air Force One. «¡El coste está fuera de control!», protestó entonces el neoyorquino.

Ayer, el magnate y el consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenberg, se reunían en Nueva York para hablar sobre las cifras del avión presidencial. «Hemos hecho un gran progreso para abaratar los costes del avión presidencial», dijo Muilenberg.

Putin habla del espionaje

Mientras tanto, y desde Moscú, llegaba una de las reacciones más esperadas en los últimos días. Vladimir Putin se pronunciaba por primera vez sobre el dosier de la inteligencia estadounidense, según el cual, el Kremlin habría chantajeado a Trump con información comprometedora sobre sus supuestas relaciones con prostitutas, durante su estancia en Moscú en el 2013. «Me cuesta imaginarlo en un hotel ruso con chicas de dudosa reputación, a pesar de que las nuestras son las mejores del mundo», dijo con desprecio Putin, antes de calificar a los autores del informe como «peores que las prostitutas».

«Quieren restar legitimidad al presidente electo», añadió el dirigente ruso en una argumentación sorprendentemente similar, a la que el equipo y el propio Trump suelen trasladar a la prensa.

Las semejanzas no pasaron desapercibidas en Washington: «Parece que Putin ha recibido una copia de los talking points (argumentarios). Suena igual que la nueva administración», reflexionó irónico el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. Minutos después, y delante de los periodistas, Barack Obama irrumpía en la sala de prensa para darle las gracias por su labor: «Estoy orgulloso de él», declaró el presidente saliente.

La última rueda de prensa diaria de Earnest tuvo lugar entre las dudas sobre si la nueva administración las mantendrá y tras haber sugerido que podrían ser trasladadas fuera del Ala Este de la Casa Blanca.