Merkel advierte a Trump que Europa decidirá sobre su propio destino

Patricia Baelo / Rita Álvarez Tudela BERLÍN / LONDRES E. LA VOZ

INTERNACIONAL

EMMANUEL DUNAND | AFP

Berlín dice que, con proteccionismo, la industria de EE.UU. será «más débil y cara»

17 ene 2017 . Actualizado a las 07:48 h.

Mientras Washington se prepara para la toma de posesión de Donald Trump este viernes, la locomotora europea se muestra cada vez más preocupada por el tinte que pueden llegar a adquirir las relaciones bilaterales. Especialmente tras la controvertida entrevista que concedió el presidente electo al Bild y al Times, en la que tachó de «obsoleta» a la OTAN, alabó el brexit, consideró la política migratoria de Angela Merkel un «error catastrófico», y hasta amenazó a las automotrices alemanas con obligarlas a pagar un impuesto del 35 % por vender en Estados Unidos vehículos que han sido fabricados en otros países.

«Como europeos tenemos nuestro destino en nuestras propias manos. Nosotros decidiremos sobre nuestros desafíos», se limitó a responder ayer la canciller alemana para exigir cautela a sus vecinos. Una vez más, Merkel se negó a entrar al trapo y zanjó la polémica con un mensaje claro a favor de separar «de manera más clara» la cuestión de los refugiados de la lucha contra el terrorismo, al tiempo que aseguró que espera a que multimillonario neoyorquino asuma el cargo para colaborar con él «de forma estrecha a todos los niveles».

El ministro alemán de Economía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, fue más directo. Pidió calma a los consorcios automovilísticos pero advirtió ante el proteccionismo económico que defiende Trump, que amenaza con enterrar los acuerdos de libre comercio que sellaron ambos países bajo el mandato de Obama. El socialdemócrata Gabriel instó a las empresas germanas a reaccionar con confianza y seguridad en sí mismas y advirtió que, de aplicarse las medidas proteccionistas de Trump, la industria automotriz estadounidense sería «peor, más débil y cara».

No obstante, y por mucho que los socios del Ejecutivo de gran coalición se empeñen en transmitir impasibilidad, la realidad es que los dardos envenenados del presidente electo de Estados Unidos han caído como un jarro de agua fría en Alemania, su principal socio europeo. «Lo que queda claro es que, para Trump, Occidente no tiene ninguna trascendencia. Aunque sus nominados en política de Defensa y Exteriores hayan dicho justamente lo contrario», afirmó el jefe de la Comisión de Exteriores del Bundestag, Norbert Röttgen.

La intranquilidad también hacía mella entre los economistas. El presidente del instituto alemán Ifo, Clemens Fuest, reclamaba ayer a los políticos alemanes y europeos que busquen el diálogo con el futuro inquilino de la Casa Blanca. Fuest teme que, si Trump no logra cumplir con sus objetivos económicos, intente usar a Alemania como chivo expiatorio, «por su elevado superávit en las exportaciones». «Una política económica inteligente se basa en romper el ciclo de aislamiento. Es decir, no abandonar el libre comercio, sino dar prioridad a las inversiones», insistía Dieter Kempf, de la Asociación Federal de Industria.

«Una declaración de guerra»

Desde Francia, François Hollande también rebatió a Trump con un mensaje directo: «Europa no necesita consejos ajenos». La UE «estará siempre preparada para dar continuidad a la cooperación trasatlántica, pero se moverá en función de sus intereses y valores», dijo. Más duro fue Manuel Valls, aspirante a ser el candidato socialista al Elíseo, quien calificó la declaración del magnate como «una declaración de guerra».

Mogherini enfría la euforia del Gobierno británico

La euforia desatada entre los defensores del brexit ante la bendición de Donald Trump sobre su salida de la UE y la promesa de un tratado de libre comercio trasatlántico, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, recordó ayer a Londres que no podrá negociarlo mientras forme parte del bloque comunitario.

«Mientas un Estado miembro sea Estado miembro, no puede haber negociaciones bilaterales con terceras partes para ningún acuerdo», advirtió la política italiana en una rueda de prensa en Bruselas, en la que recordó las vigentes reglas comerciales que Trump quiere dejar a un lado.

El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, dio la bienvenida a las palabras de Trump diciendo que eran «buenas noticias» para Londres. Más si se tiene en cuenta que Obama había advertido en abril que si los británicos optaban por el brexit, Londres estaría a la cola para cerrar acuerdos con Washington.

«Damos la bienvenida al compromiso del presidente electo para entablar conversaciones con el Reino Unido en esta materia», afirmó la portavoz e la primera ministra, Theresa May, que saludó «el entusiasmo y la energía» mostrados por el magnate republicano y su equipo. El giro en la política de EE.UU. fue confirmado en una entrevista que Trump concedió a Michael Gove, exministro de Justicia y defensor del brexit, para el Times. El estadounidense le reconoció que el tratado de libre comercio será «muy rápido», a la vez que declaró que «los británicos hacen bien en marcharse de la UE».

Previo al discurso de May

El cruce de declaraciones a ambos lados del Atlántico se produce en medio de las grandes expectativas que despierta el discurso de hoy de May, que se espera despeje dudas sobre su estrategia en las negociaciones del brexit, una vez que active el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

La prensa adelantaba la posibilidad de que May anuncie que el Reino Unido contempla salir del mercado único a fin de tener el pleno control de la inmigración. Informaciones que provocaron una nueva jornada de pérdidas en la cotización del valor de la libra. Se espera que en primavera May visite a Trump, una oportunidad para «las primeras discusiones» sobre un acuerdo comercial, explicó su portavoz, pero enfatizó que Londres respetará las normas de la Unión Europea que le impiden firmar acuerdos con terceros mientras siga siendo un Estado miembro.