«No se pueden seguir arreglando las cosas a tiros»

HÉCTOR ESTEPA COLOMBIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

HÉCTOR ESTEPA

El gobierno colombiano ha encargado al general Rojas Tirado la misión de vigilar las zonas donde se van a desmovilizar los guerrilleros de las FARC

16 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El general Carlos Alfonso Rojas Tirado (Bogotá, 1964) es uno de militares colombianos más reputados. Combatió a la guerrilla de las FARC en algunas de las regiones más afectadas por el conflicto armado de su país. Ahora han cambiado las tornas. El Gobierno ha encargado a Rojas Tirado la misión de vigilar las zonas donde se van a desmovilizar los guerrilleros. Velará por su seguridad en el marco del acuerdo de paz, dirigiendo el Comando Conjunto de Monitoreo y Verificación. Atiende a La Voz de Galicia en su despacho de Bogotá.

-¿Es difícil decirle a su tropa que ahora tienen que velar de alguna forma por las personas que quizás han matado a alguno de sus compañeros?

-Claro. Es difícil enfrentarse a una realidad como esa. Tenemos que entender que estamos tratando de trabajar por conseguir una mejor Colombia. Tanto las tropas como los mecanismos de monitorización y verificación han pasado por una capacitación certificada por la ONU. Se han dado a conocer cuáles son los actos prohibidos. Se llaman reglas que rigen el cese al fuego. Estamos absolutamente convencidos de que el 100 % de las unidades comprometidas en este proceso conocen claramente cuáles son esas reglas.

-Usted participó en las negociaciones de La Habana. ¿Cómo las recuerda?

-Muy difíciles. Duras. Nos enfrentábamos dos visiones absolutamente diferentes. Hubo que buscar un consenso donde se lograran puntos de equilibrio para los dos.  Durante todo el tiempo hubo una relación respetuosa de lado y lado. Aunque hubo momentos de crisis y angustia, también hubo momentos de satisfacción cuando vimos materializado en un documento el modelo que habíamos construido durante dos años. Aunque no es un modelo perfecto, nos deja contentas a las partes. Esa era la misión.

-¿Cuáles fueron los momentos más críticos que recuerda?

-Hay un momento muy crítico. El primer día. La llegada. Mirar personalmente a esas personas a las que habíamos perseguido durante años, e las que solo teníamos referencia de fotos. Es un momento impactante. Crítico. Allí estaban todos los que formaron parte del bloque oriental con los cuales estuvimos enfrentados durante muchos años. Siempre la relación fue muy respetuosa. En algunas oportunidades tuvimos tiempo hasta de conversar sobre cómo se veían las operaciones del lado nuestro y cómo se habían visto del lado de las FARC.

-¿Puede haber reconciliación entre todos los sectores implicados tras años de conflicto?

-Es una necesidad. Estamos en el siglo XXI. Las diferencias no se pueden solucionar a tiros como se hacía en el salvaje Oeste. Aquí la pelea es de ideas. Llegar a la terminación del conflicto armado en Colombia es un paso muy importante para la reconciliación. En los últimos once meses han muerto más de setenta líderes sociales. Muchos, cerca de las zonas donde se va a desmovilizar la guerrilla.

-¿Le preocupa?

-Nosotros estamos ya en el proceso de ocupación de estas zonas. Es un momento muy crítico. Hemos mantenido y modificado nuestros dispositivos para brindar dentro de nuestra responsabilidad toda la seguridad a esos movimientos de las estructuras de las FARC.