Fillon apela al orden ante el incremento de las críticas internas

alexandra f. coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

THOMAS SAMSON | AFP

«Ni cálculos, ni dispersión, ni ego», proclamó durante la presentación de las líneas maestras de su programa electoral

15 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

François Fillon presentó ayer su programa electoral durante el consejo nacional de su partido, Los Republicanos (LR). El candidato a las presidenciales hizo un llamamiento al orden, intentando acallar las críticas internas que consideran sus propuestas brutales y poco sociales. «Ni cálculos, ni dispersión, ni ego; tan solo tengo una consigna: unidad y compromiso total por la victoria», subrayó ante los 2.000 miembros de la agrupación presentes.

El mensaje iba dirigido a varios sarkozistas que en la última semana expresaron su temor a derivar hacia el territorio del Frente Nacional, como Laurent Wauquiez. El vicepresidente del partido y presidente de la región Auvernia-Ródano-Alpe fue el único conferenciante del consejo que mantuvo sus críticas a Fillon, advirtiéndole de que «la unidad no es la uniformidad» y que «no necesita ni clones ni cortesanos». Wauquiez le acusa en concreto de no «revalorizar el trabajo» con su proyecto, austero en cuestiones sociales y liberal en materia económica. A pesar de haber sido aplaudido tras su intervención, el resto de miembros no tardaron en aislarle, considerando que detrás de los juicios del vicepresidente se encuentra la ambición de convertirse en el heredero de Nicolas Sarkozy. «Criticando públicamente el programa de nuestro candidato no es como vamos a llegar a nuestro objetivo de la victoria», apuntó Bernard Accoyer, secretario general de LR.

Fillon reiteró en los puntos de los que ya hecho los pilares de su programa: supresión de 50.000 puestos de funcionarios, alargamiento de la duración del trabajo, cuotas migratorias y estricto control administrativo del culto musulmán. Para el ex primer ministro, «una revolución del sentido común» con el objetivo de hacer de Francia «la primera potencia europea en diez años». El candidato busca sacar el país de la decadencia que ha traído el Gobierno socialista de François Hollande y reemplazarla por un Estado «de derechas y patriota».