May hará una ley de una línea si pierde en el Supremo

rita a. tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

STEFAN WERMUTH | REUTERS

Esta medida puede presentar todo tipo de complicaciones parlamentarias, con posibles adiciones y enmiendas

07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El zarpazo de Bruselas sorprendió al Gobierno británico distraído en sus propios problemas dentro del Reino Unido a propósito del brexit. En la segunda jornada del juicio sobre si tiene que contar con la opinión del Parlamento para negociar la salida de la UE, el representante del Ejecutivo advirtió que, en el caso de perder el recurso ante el Tribunal Supremo, presentará en el Legislativo «un proyecto de ley de una sola línea» con el que quede autorizado el comienzo de las negociaciones con Bruselas.

El abogado del Gobierno, James Eadie, reconoció que esta medida puede presentar todo tipo de complicaciones parlamentarias, con posibles adiciones y enmiendas, pero resaltó que «es la solución», pues no ve posible que el Gobierno incluya [en el proyecto] la posición negociadora de May. Eadie concluyó así sus argumentos para anular el anterior dictamen judicial, que obliga a consultar con las dos cámaras antes de activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

El letrado resumió por qué el Gobierno cree que tiene derecho a utilizar los poderes ejecutivos, lo que definió como «una parte clave de nuestra Constitución». En su contra actuó lord Pannick, representando a la demandante, Gina Miller, quien defendió que el resultado del referendo sobre la permanencia en la UE no otorga a los ministros el poder de desencadenar el brexit sin consultar antes al Parlamento. Según apuntó, «el significado político» de la votación del pasado junio es «irrelevante» para la batalla legal que se debate esta semana en el Supremo de la capital británica. De hecho, sostuvo que los ministros tienen el poder de firmar nuevos tratados pero no el de cambiar la Constitución británica.

Pannick se remontó a la incorporación del Reino Unido a la entonces llamada Comunidad Económica Europea y a la conocida como ley de 1972, para argumentar que solo el Parlamento tiene autoridad para abolirla o alterarla, pero dejando claro que «las prerrogativas no permiten a los ministros anular derechos y obligaciones legales».

Mientras el debate continúa hoy y mañana, en el centro de Londres, el ministro norirlandés de Finanzas, Máirtín Ó Muilleoir, valoró la salida del Reino Unido de la UE como «una calamidad» que no ofrece oportunidades de paz, culturales ni económicas para el futuro de la provincia británica. A su juicio, la salida de Londres sitúa a Irlanda del Norte en un «agujero negro» por las incertidumbres.