Las líneas rebeldes se resquebrajan y acercan la caída de Alepo

Laura F. palomo JERUSALÉN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ABDALRHMAN ISMAIL | Reuters

Cerca de 10.000 civiles han huido de la ciudad hacia zonas kurdas o controladas por el régimen

29 nov 2016 . Actualizado a las 07:25 h.

Los rebeldes del este de Alepo han sufrido su mayor derrota desde que se apoderaron de la mitad de la ciudad en el 2012. Sus líneas se resquebrajan en medio del imparable avance hacia la victoria del Ejércitode Bachar al Asad, después de hacerse con el control de los barrios del noreste. La ofensiva se aceleró el sábado cuando capturaron Masaken Hanano, el barrio más grande del este de la ciudad, lo que le permitió acceder a otros tres (Sajur, Haydariyé y Sheij Jodr) y conseguir de facto la partición en dos de la zona controlada por los opositores.

Los insurgentes están fracturados física y moralmente. Han perdido un 30 % del territorio y ven cómo las fuerzas leales de Damasco, con la ayuda de sus aliados rusos, libaneses e iraníes, siguen tomando posiciones dispuestos a reconquistar la totalidad de Alepo, la antaño capital económica del país. Una victoria simbólica, táctica y estratégica que determinará el devenir de la guerra y, por tanto, el futuro de Siria. Las conquistas bélicas reforzarán la posición de Al Asad y Rusia en unas negociaciones de paz, y serán una sonora derrota para los aliados de la oposición: Arabia Saudí, Catar y Turquía y los países occidentales.

Hasta ahora, los rebeldes habían conseguido desbaratar las ofensivas del régimen y la guerra se mantenía entre el avance y el retroceso de ambas fuerzas en un pulso que parecía inamovible. Pero el poderío militar de los aliados de Al Asad está marcando la diferencia. «La aviación lo destruye todo metódicamente, zona por zona», declaró un responsable del grupo Nuredin al Zinki, para destacar que la oposición carece de fuerza área.

Sin hospitales, sin suministro de combustible, electricidad y una creciente escasez de alimentos y productos básicos, el este rebelde de Alepo sucumbe a la presión de la ofensiva. La Defensa Civil Siria, los llamados cascos blancos, declaró ayer la parte asediada de Alepo como «zona catastrófica». «Son los peores días desde el inicio del asedio. La situación es catastrófica. Hay un éxodo masivo y la moral está por los suelos», declaró su portavoz, Ibrahim Abu Laith.

A pesar de los constantes bombardeos, los civiles habían evitado hasta ahora huir por los corredores humanitarios abiertos por el régimen por miedo a represalias, pero la situación se ha hecho insoportable. «Cerca de 10.000 civiles han huido hacia distritos gubernamentales o vecindarios controlados por los kurdos», alertó ayer el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos en lo que resalta como el primer «éxodo de este tipo». Entre 6.000 y 8.000 se han acomodado en calles, mezquitas y escuelas del enclave kurdo de Sheij Maksud, mientras que el resto está siendo atendido por la ONU en áreas bajo control del régimen.