La UE reacciona al tsunami republicano con una «reunión de pánico»

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Donald Trump y Nigel Farage en la Trump Tower de Nueva York
Donald Trump y Nigel Farage en la Trump Tower de Nueva York

Los ministros de Exteriores temen que el mandato dinamite las relaciones trasatlánticas

14 nov 2016 . Actualizado a las 10:40 h.

Incredulidad e incertidumbre tras la victoria de Donald Trump. La Unión Europea (UE) sigue sin despertar del shock en el que se sumió cuando el multimillonario ganó las elecciones. Los ministros de Exteriores de la UE intentaron reaccionar ayer de urgencia en la bautizada como «reunión del pánico», una cita convocada por la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, a petición de Alemania, para dar respuesta a una pregunta: Y ahora qué. 

«No hay crisis», aseguró el español, Alfonso Dastis, para calmar las aguas. «Europa no se tiene que preocupar por Trump», añadió su homólogo italiano, Paolo Gentiloni. «Puede ser una oportunidad para fortalecer nuestra voz en el mundo (...) No se trata de hacer más Europa en todas partes sino de definir las áreas clave donde un enfoque conjunto tiene sentido», sugirió el ministro belga, Didier Reynders. Cómo lograrlo, nadie lo sabe.

Los ministros trataron de analizar a pasos forzados cómo el programa político de Trump puede afectar a las relaciones trasatlánticas en el futuro. Lo hicieron con la ausencia notable del titular de Exteriores británico, Boris Johnson, quien declinó acudir. «Es comprensible que no estén tan interesados teniendo en cuenta que abandonarán la UE», justificó con sorna Mogherini antes de pedir a la nueva Administración estadounidense que «aclare sus intereses». Tampoco acudieron el irlandés, el maltés, el húngaro y el francés, Jean-Marc Ayrault, por razones «de agenda». El temor a que Trump dinamite algunos de los puentes tendidos las últimas décadas no se despeja. «No sabemos exactamente cómo va actuar o qué es lo que quiere», reconocen fuentes diplomáticas de Bruselas. La inquietud de las delegaciones se concentró en tres flancos: el comercio, la seguridad y el contagio político. El acuerdo de libre comercio con EE. UU. ya se da por «criogenizado». En cuanto a la seguridad, hay posiciones muy dispares entre los ministros. Hay quienes defienden que esta es una buena oportunidad para avanzar en el proyecto hacia una seguridad europea común (Alemania, Francia, España e Italia), un plan que hoy será puesto sobre la mesa del Consejo de Ministros de Defensa. Los países bálticos y centroeuropeos confían más en la seguridad que les brinda Estados Unidos a través de la OTAN.El tercer frente abierto es el del populismo. Los ministros asumen que el triunfo de Trump puede dar aire a partidos antisistema que amenazan con romper el proyecto europeo, pero como reconocen fuentes diplomáticas, «está en sus manos abrir los ojos, interpretar las señales que lanzan los ciudadanos y  reaccionar».