Trump dice que comenzará deportando a 3 millones de inmigrantes con antecedentes

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Nombra jefe de gabinete a Reince Priebus, uno de sus mayores apoyos en la campaña

14 nov 2016 . Actualizado a las 08:34 h.

Con las cifras encima de la mesa, Donald Trump continúa matizando detalles de sus promesas estrella y más extremas escuchadas en campaña. Tres millones de indocumentados con antecedentes criminales serán deportados de manera inmediata una vez que sea investido presidente. «Lo que vamos a tener que hacer es coger a los criminales, pandilleros, narcotraficantes -probablemente dos millones, podrían ser tres millones-, los vamos a sacar de nuestro país o los vamos a encarcelar», lanzó en su primera entrevista en CBS. «Están aquí ilegalmente», dijo desafiante.

Una vez que la frontera esté «segura», el republicano determinará qué hacer con los casi 9 millones de indocumentados que sin antecedentes trabajan de manera honrada y que además muchos tienen hijos americanos. Ahí está la gran duda. «Es gente maravillosa, estupenda, decidiremos sobre ello, pero antes es muy importante... vamos a asegurar la frontera», añadía tras un evidente cambio de discurso con respecto a la campaña presidencial, cuando prometió crear «una fuerza de deportación». «No estamos pensando en crear una fuerza de deportación. Donald Trump no está planeando eso. Estamos enfocados en asegurar la frontera, saber quién entra y sale del país», aclaraba Paul Ryan, el tercer hombre fuerte en la jerarquía de poder. Así, ambas posturas significarían un aparente paso atrás, además del que Trump ya dio asegurando que hay dos disposiciones del Obamacare (el sistema de salud promovido por Obama) que podría mantener.

Con todo, conviene recordar que deportar a inmigrantes con antecedentes penales no es nuevo en Estados Unidos. Barack Obama expulsó a unos dos millones, ganándose el apodo de deporter in chief (deportador en jefe). Sin embargo, lo hizo mientras impulsaba otras medidas para ayudar a inmigrantes, como la Acción Ejecutiva DACA, que protege a los jóvenes traídos al país siendo niños, otorgándoles permiso de trabajo y que Trump dijo querer eliminar. Además, hay algo muy importante que marca la diferencia entre el republicano y el demócrata: la retórica del odio y el sentimiento antiinmigrante que le ha llevado a llamar violadores y criminales a los mexicanos.

En la misma entrevista, el magnate ha confirmado que habrá un muro a lo largo de los 3.000 kilómetros de frontera con México, aunque en algunas zonas podría aceptar vallas (ya existen).

También ayer, Donald Trump anunció el nombramiento de Reince Priebus como jefe de gabinete de la Casa Blanca. Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, fue uno de los defensores más férreos del multimillonario en la campaña. El nombramiento le asegura a Trump el enlace con Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, gran amigo de Priebus y necesario para gobernar. Así, un miembro del establishment de Washington que tanto atacó Trump será el supervisor del personal de la Casa Blanca y manejará la agenda diaria del presidente. En contraste, Stephen Bannon, jefe de campaña de Trump, será el jefe estratega y consejero principal. Es recordado por su estilo incendiario como ex presidente ejecutivo de la web de noticias Breibart News. Fue descrito como «el agente político más peligroso de América».

Después de cinco días de protestas, prepara como respuesta una «gira de la victoria»

«¡No nos vamos!”, contestaban ayer cientos de inmigrantes indocumentados desde el icónico Central Park neoyorquino. Fue la primera respuesta popular al anuncio de Trump sobre las deportaciones planeadas de cara a sus próximos cuatro años de gobierno. Muchos viajaron desde diferentes estados para unirse a la marcha y decirle al multimillonario que «venimos para quedarnos». Así, por quinto día consecutivo, cientos de personas continuaron mostrando su oposición a la victoria de Trump en las urnas.

«Tengo miedo de que rechace la igualdad en el matrimonio. Soy gay y tengo amigos que son negros o latinos y temen por sus vidas», lamenta un joven de Los Ángeles, donde el pasado sábado 8.000 personas se reunían en el centro de la ciudad. «California siempre ha sido tierra de hispanos», recordaba Ron Góchez, director de Unión del Barrio, una de las organizaciones convocantes.

Aunque la mayoría de las marchas son pacíficas, en ciudades como Portland, la policía ha arrestado a más de una veintena de personas en las últimas horas, debido a diferentes disturbios. Las autoridades además han detenido a varios sospechosos en relación a un tiroteo registrado la noche del pasado viernes, en el que un manifestante resultó herido. «Respirad profundamente», pedía la famosa estrella de la televisión Oprah Winfrey en las redes sociales.

En paralelo, el presidente electo ya planea darse un baño de masas en los estados más afines y así dar una respuesta contundente a las protestas. Eso es al menos lo que ha deslizado su jefa de campaña, Kellyanne Conway, quien ha confirmado que ya trabajan en el calendario para programar una «gira de la victoria».