Eclosión de campos de inmigrantes en el corazón de París

Alexandra Fernández PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

IAN LANGSDON | EFE

La capital sufre las consecuencias del desmantelamiento de La Jungla, en Calais

29 oct 2016 . Actualizado a las 01:14 h.

La avenida de Flandres se ha convertido en los últimos meses en un símbolo de la crisis migratoria en pleno corazón de Francia. Al norte de la capital, el distrito XIX acoge a más de 1.000 refugiados entre los barrios de La Chapelle, Jaurès y Stalingrad. El número de tiendas de campaña acumuladas en las aceras ha ido en aumento a lo largo de la semana. Simultáneamente, a 300 kilómetros de allí, la Jungla de Calais se vacía. La ministra de Vivienda, Emmanuelle Cosse, aseguró el jueves que «no hay una llegada masiva de Calais a París». Sin embargo, las asociaciones presentes en los campamentos parisinos han detectado un incremento preocupante de la población migrante en las calles. 

«Hace tres días distribuíamos entre 700 y 800 platos de comida. Hoy estamos a más de 1.000. No sé cómo vamos a hacer», explicó Charles Drane, coordinador de la oenegé ADRA, que reparte comida caliente en los campos improvisados. Varias organizaciones y vecinos especulan con que las nuevas llegadas podrían estar directamente relacionadas con el desmantelamiento de la Jungla, que llegó a acoger entre 6.000 y 8.000 refugiados. «Es difícil decir de dónde vienen pero una cosa está clara: está creciendo de manera inquietante», confesó Violette Baranda, concejala del distrito XIX, que visita regularmente el «triángulo de los migrantes» que anida en el norte de París. 

Según una fuente policial situada en la frontera de la región Norte «muchos migrantes están yendo a París». Las autoridades habían anunciado en un primer momento que aquellos refugiados que se resistieran al desmantelamiento serían puestos en centros de retención administrativa. Una vez llegado el día de la evacuación, el número de plazas disponibles en los centros no fue suficiente para todas las personas reticentes a subir a los autobuses. En consecuencia, las verjas de la Jungla fueron abiertas para dejar salir a los refugiados que desearan abandonar Calais a pie o en tren, lo que ha podido convertirse en la causa del aumento de migrantes en la capital. La región Isla-de-Francia no fue propuesta como destino de los autobuses durante la evacuación debido a la saturación a la que ya hace frente, para disgusto de aquellos que tenían como objetivo cambiar la Jungla por París.

¿Buscan los inmigrantes ser detenidos? Lo sugiere así la «operación de control» que se llevó a cabo ayer en el campamento de la avenida de Flandres, que se extiende a lo largo de más de 700 metros. Una docena de furgones policiales estuvieron presentes. Los migrantes fueron forzados a replegar sus tiendas de campaña para ser interrogados. Según Le Monde, varios de ellos confesaron esperar una evacuación policial que les permita «dormir caliente» al menos unos días.