La ofensiva de Mosul deja libre la huida de los yihadistas hacia Siria

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

AHMAD AL-RUBAYE | AFP

El avance prosigue pese a las trampas explosivas y el incendio de pozos petrolíferos

19 oct 2016 . Actualizado a las 08:04 h.

En el segundo día de ofensiva, más de 30.000 soldados, peshmergas kurdos y milicias suníes avanzaban por tres frentes hacia las posiciones del Estado Islámico (EI) en Mosul, con el respaldo aéreo de la coalición. Aunque el mensaje oficial es que todo va según lo previsto, lo cierto es que los yihadistas ralentizan el avance con trampas explosivas en las carreteras y el incendio de pozos de petróleo para dificultar la visibilidad de sus posiciones, según el canal Al Yazira. A los combatientes del EI se les está dejando el oeste de Mosul libre para que puedan escapar en dirección a la vecina Siria, donde cuentan con Deir al Zur y Raqa como últimos bastiones.

El jefe del Comité de Seguridad del Consejo de la provincia de Nínive, Mohamed al Bayati, reveló el domingo que la salida de la ciudad hacia la región de Al Yazira, que conduce a Siria, «permanecerá vacía» para que los yihadistas puedan huir hacía ese país, según un plan trazado por Washington, informa Colpisa. Esta estrategia es similar a la empleada en la toma de Faluya, en la que los yihadistas apenas opusieron resistencia y optaron por replegarse a suelo sirio.

En su último discurso público, Hasán Nasralá, líder de Hezbolá, milicia chií que combate junto al Ejército sirio, ya alertó del «plan engañoso» de EE.UU. en Mosul, que consiste en «abrir un camino al EI para que escape a Siria». En los mismos términos se expresó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. El mismo día en que anunció una tregua en Alepo, alertó del riesgo de que las fuerzas yihadistas que están siendo bombardeadas en Mosul puedan dirigirse a Siria.

El Ejército sirio se hizo eco de la estrategia al denunciar la existencia de «un plan malvado» para abrir una «vía segura» a los yihadistas e intentar así cambiar la guerra. El problema para los militares de Bachar al Asad es que hace tiempo que perdieron el control de su frontera con Irak.

Para los expertos, se trata de una pura estrategia militar. Darle vía libre para tener la opción de golpearlos desde el aire en la huida y evitar combates en las calles de Mosul. Entre 4.000 y 8.000 yihadistas se atrincheran en la ciudad entre 1,5 millones de civiles que podrían ser usados como escudos humanos si los hombres de Abu Bakr al Bagdadi optan por quedarse y luchar calle por calle.

Calles vacías

El EI difundió un vídeo, en el que un combatiente promete derrotar a EE.UU., para mostrar una imagen de total normalidad en las calles de Mosul, pero los vecinos consultados por los medios describen un panorama diferente, con calles vacías y yihadistas cavando túneles para protegerse. «El cielo está siempre ennegrecido por el humo de los neumáticos quemados por los yihadistas», explicó por teléfono a AFP Abu Saif. Los combates y bombardeos se producen a no menos de 20 kilómetros y cada día se liberan nuevas localidades. En total ya son más de veinte. La última fue Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana de Irak. Las agencias humanitarias de la ONU anunciaron que están listas, con material y personal, para enfrentarse a lo que prevén se convertirá en una crisis. Varias organizaciones humanitarias reclamaron corredores para que los civiles puedan huir. Horas después, el primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, anunció que se han establecido varias vías seguras.

Asma al Asad asegura que rechazó ofertas para huir de Damasco

La esposa de Bachar al Asad asegura haber rechazado todas las «ofertas» de abandonar Siria que le presentaron enemigos de su marido. «Nunca pensé en estar en otro lugar», respondió Asma al Asad al periodista de la TV rusa Russia 24 cuando le preguntó si alguien le había «aconsejado» irse de Siria. «Sí, tuve la ocasión de irme, digamos de huir. Las ofertas incluían garantías de seguridad y de protección para mis hijos, incluso una seguridad financiera», dijo en su primera entrevista a un medio extranjero desde el inicio de la guerra. «No hay que ser una lumbrera para saber cuál era el objetivo verdadero de esta gente». Fue, dijo, una «tentativa deliberada de socavar la confianza del pueblo hacia su presidente». Aquellos que le hicieron esas «estúpidas proposiciones» no eran sirios. La que antes de la guerra Vogue presentaba como la «Rosa del desierto», fue luego muy criticada por su silencio ante la represión. Durante años se rumoreó que se había instalado con sus hijos en Londres, donde creció, o en Rusia.