Fuerte autocrítica de Merkel tras la derrota de su partido en Berlín

Juan carlos barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

FABRIZIO BENSCH | Reuters

Afirma que, «si pudiera, daría marcha atrás en el tiempo»

20 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras las sucesivas derrotas de su partido en Mecklemburgo-Antepomerania hace dos semanas y en la ciudad-estado de Berlín este domingo, Angela Merkel reconoció ayer haber cometido errores en la gestión de la crisis de los refugiados y prometió mejorar la comunicación de su gobierno con el pueblo. «Si pudiera, daría marcha atrás en el tiempo» para que Alemania hubiese estado más preparada para afrontar ese reto, dijo la canciller, quien aseguró que no volverá a producirse una situación como la del verano y otoño pasados, cuando cientos de miles de refugiados llegaron a Alemania incontroladamente. «Nadie quiere que se repita esa situación, yo tampoco», afirmó la líder, quien, sin embargo, se mantuvo en sus trece y aseguró que no piensa cambiar la política iniciada para a atender a los que piden asilo.

En una intervención inusualmente personal y autocrítica para una política que pasa por ser muy moderada y calculadora, Merkel se dirigió a sus críticos, a los que hasta ahora no ha podido convencer con cifras y hechos de que sus medidas no conducen a la pérdida de la identidad alemana. «Les quiero responder con un sentimiento», señaló: «siento que vamos a salir de esta fase mejor que cuando entramos. Alemania no va a ver alteradas sus raíces. Quienes, sino nosotros, van a ser capaces de hacer algo bueno de estos tiempos». Reconoció que la resolución de la crisis de los refugiados no marcha tan rápido como ella desea, «también porque en los últimos años, Dios lo sabe, no hemos hecho todo correctamente» y admitió que «el objetivo, la dirección y las motivaciones básicas de la política para los refugiados no se han explicado suficientemente», aunque aseguró que eso se va a corregir.

«No éramos precisamente campeones mundiales de la integración y esperamos demasiado para atajar la cuestión de los refugiados», señaló Merkel para reconocer seguidamente que confió «demasiado tiempo en la convención de Dublín». Además, lamentó que su frase de «lo vamos a conseguir» se haya convertido casi en una fórmula vacía por las malinterpretaciones a que ha dado lugar. Algunos se han sentido incluso «provocados», comentó la canciller, quien subrayó que la frase «era un reconocimiento. Sigo convencida de la disposición a ayudar de los alemanes».

Merkel dejó claro que no tiene intención de ceder a las presiones que sufre en sus propias filas, sobre todo por parte de la CSU. Se pronunció contra una selección de los refugiados que de prioridad a cristianos frente a musulmanes, porque «atenta contra la Constitución», y rechazó establecer cifras máximas de acogida.