La derrota de la CDU eleva los recelos de la CSU hacia Merkel

juan carlos barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

DANIEL BOCKWOLDT | AFP

Stoiber afirma que no está pactado que sea la candidata el 2017

06 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La canciller federal, Angela Merkel, ha asumido con su flema y serenidad habituales la histórica derrota sufrida el domingo por la CDU en las elecciones del Estado federado de Mecklemburgo Antepomerania. Desde China, donde participó en la cumbre del G20, Merkel admitió su responsabilidad personal por el resultado y reconoció que los temas de interés nacional, sobre todo el debate sobre los refugiados, se habían impuesto en la campaña. Pese a ello, dejó claro que no tiene intención de dar marcha atrás.

«Todos debemos reflexionar sobre cómo recuperar la confianza, yo también», dijo Merkel, quien, sin embargo, rechazó categóricamente cualquier cambio de curso. «Considero correctas las decisiones tal y como fueron tomadas. Pero tenemos aún mucho por hacer», afirmó. La canciller señaló como objetivos prioritarios de su Gobierno la integración de los refugiados y la rápida expulsión de aquellos que son rechazados como peticionarios de asilo. Subrayó que Alemania debe asumir su «responsabilidad humanitaria», pero insistió en que aquellos que no obtengan permiso para quedarse «deben abandonar nuestro país».

El secretario general de la CDU, Peter Tauber, había defendido poco antes la política iniciada por Merkel y respaldada por su partido no solo de las críticas de AfD, la formación euroescéptica, ultranacionalista y xenófoba creada en 2013 y que cosecha un éxito tras otro en las elecciones regionales, sino también de sus propios socios de la CSU de Baviera. «Aunque las medidas tardan a veces en tener efecto, hemos ajustado ya muchas cosas», dijo para hacer seguidamente referencia al reciente endurecimiento del derecho de asilo y la nueva ley para la integración de los refugiados.

Andreas Scheuer, secretario general de la CSU, había planteado anteriormente exigencias como «un límite máximo de refugiados, rápidas deportaciones, una ampliación de los países de procedencia segura y una mejor integración». Para la CSU el triunfo de la Alternativa para Alemania ha roto un viejo tabú de los conservadores alemanes, que desde la Segunda Guerra Mundial nunca hasta ahora habían permitido que una formación situada a su derecha lograra rebasarles.

El desastre ha hecho incluso que en las filas de la CSU se ponga en duda el liderazgo de Merkel y hasta se cuestione su respaldo para que se presente a un cuarto mandato en las legislativas de otoño de 2017. El hecho de que la canciller aún no ha anunciado oficialmente si se presentará a la reelección, duda que se espera resuelva lo más tarde en diciembre con motivo del congreso ordinario de su partido, alimenta además ese debate. El presidente honorífico de la CSU y antiguo primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, afirmó recientemente que no está pactado aún que Merkel sea de nuevo la candidata de los conservadores. Estos, sin embargo, siempre fueron derrotados en las elecciones generales cuando su candidato era un bávaro.