Trump vuelve a sus raíces y recupera la línea más dura contra los inmigrantes

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

CARLO ALLEGRI | Reuters

La visita relámpago del magnate hunde la ya baja popularidad del presidente mexicano Enrique Peña Nieto

02 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Donald Trump volvió a sus raíces o lo que es lo mismo a la línea más dura contra los inmigrantes. Los guiños a suavizar su plan migratorio, buscando el voto latino, de las últimas semanas se quedaron en meras muecas. Pocas horas después de reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto y a 290 kilómetros de la frontera con México, Trump detalló el plan de 10 puntos para frenar la migración ilegal, que pasa por construir un muro en el límite con el vecino del sur, una brigada especial para expulsar a simpapeles y el fin de la amnistía de Barack Obama. Todo un portazo a los que creían en un cambio de rumbo.

«México va a pagar por el muro, créanme, 100 %. Todavía no lo saben (...) y son gente grandiosa y líderes grandiosos, pero van a pagar por el muro», afirmó ante los aplausos de los seguidores reunidos en Phoenix, Arizona. La «gran muralla», dijo, contará con torretas, sensores y guardias.

Uno de sus puntos detalla como excluir cualquier vía a la regularización para los que entren de manera clandestina en EE.UU. En otras palabras: el fin de las amnistías. «Se acabaron» los días de «colarte y esperar a ser legalizado», sentenció.

Su objetivo es que cualquier persona detenida por cruzar el río Bravo será retenida hasta su deportación y no quede en libertad. Para hace cumplir su programa creará una fuerza especial que intercepte a los espaldas mojadas y persiga a los que cuente con antecedentes penales. Para ello piensa triplicar el número de policías migratorios, con la contratación de 5.000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza.

A eso hay que añadir la amenaza de deportaciones masivas desde su día uno en la Casa Blanca. Así, dijo, que todos los residentes en EE.UU. que no cuente con documentos, unos 11 millones, «están expuestos» a ser enviados a sus países.

Con un público entregado, entre el que estaban padres y madres cuyos hijos fueron asesinados por inmigrantes indocumentados, Trump aseguró que cancelará el programa de Obama que otorgó permisos de trabajo a 800.000 jóvenes (hijos de padres simpapeles) y prohibirá fondos federales a aquellos estados que no deporten.

Además reiteró las líneas que fue desgranando durante su campaña: suspender la acogida de refugiados, prohibir la entrada a personas de países «terroristas» como Siria o Libia, y realizar un test psicológico a todo aquel que quiera entrar. «Es el discurso más oscuro» del aspirante republicano, señaló Hillary Clinton.

Enfado en México

La visita de Trump a México ha supuesto la puntilla para la baja popularidad de Enrique Peña Nieto. El encuentro provocó la indignación y enfado de sus ciudadanos, intelectuales y políticos. Un craso error y todo un desastre para la imagen del presidente mexicano en su cuarto año de gobierno.

Si las críticas ya se hicieron ver en las horas previas a la reunión del candidato que ha demonizado México, ayer se convirtieron en insultos, burlas y acusaciones de traición. Las declaraciones de Peña Nieto justificando la cita solo lograron que los mexicanos se indignaran más. Incluido el tuit en el que afirma que había dejaba claro a Trump «que México no pagará por el muro». Las palabras «desastre», «traición» y «humillación» se repetían en los medios y en las redes sociales.

Para los analistas, cometió un error, pese a justificar que también ha invitado a Hillary Clinton. Todos dan por descartado un viaje que la demócrata. La visita de Trump se suma a los problemas que afronta su Gobierno y los escándalos en los que se ha visto involucrado, el último la acusación de haber plagiado su tesis. Todos van por hecho otro descenso en la tasa de aprobación, que es ahora de tan solo el 20 %.