Dilma Rousseff afronta sus últimas horas como presidenta de Brasil

isaac risco BRASILIA / DPA

INTERNACIONAL

BRUNO KELLY | reuters

A la espera de la votación hoy en el Senado, Michel Temer ya se prepara para ser jefe de Estado hasta los comicios del 2018

31 ago 2016 . Actualizado a las 08:16 h.

Cinco años y medio después de llegar al poder como sucesora de Lula da Silva al frente del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), se espera que la primera presidenta mujer brasileña sea destituida hoy por el Senado de su país, en medio de una grave crisis institucional brasileña.

El voto de la Cámara alta con una mayoría de dos tercios a favor del impeachment se da por seguro ya ayer, aunque la votación tendrá lugar hoy. Los opositores de Rousseff, encabezados por su vicepresidente y actual jefe de Estado interino, Michel Temer, aseguraron que ya tienen la mayoría de 54 votos necesaria para sacar a la líder izquierdista del poder. El diario Folha de Sao Paulo publicaba que al menos 53 legisladores ya se han decantado definitivamente por el no a la presidenta, que reunía apenas 19 de los 28 votos que necesita para sobrevivir al proceso.

El final del juicio fue duro. Tanto el abogado defensor de Dilma, el exministro José Eduardo Cardozo, como la representante de la acusación, Janaína Paschoal, lloraron tras presentar sus argumentos finales antes de la votación definitiva. «Yo finalizo pidiendo disculpas a la señora presidenta de la república porque sé que la situación que ella está viviendo no es fácil», dijo Paschoal al cerrar su intervención para justificar la demanda de destitución por unos hechos que dijo «estaban probados». Además añadió que la demanda tenía que hacerla debido al estado del país, pero también por los nietos de la jefa del Ejecutivo. Cardozo, por su parte, lloró de emoción tras hacer una encendida defensa de Rousseff ante la Cámara alta.

El momento de Temer

En caso de que Rousseff sea destituida por las controvertidas acusaciones de que apoyó maniobras fiscales para ocultar el déficit público en el 2015, su exsocio de Gobierno Temer asumirá el cargo hasta las elecciones del 2018. El líder conservador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) preparaba ya su estreno internacional como presidente oficial para la cumbre del G20 que se celebra en China el 4 y 5 de septiembre.

La mandataria se quedó sola en los últimos meses en los bastidores del poder en Brasilia, pero también en las calles. Solo un 13 % de brasileños apoyaban al Gobierno antes de que fuera suspendida en mayo.

Críticos de Rousseff se congregaron en Brasilia en los últimos días para celebrar su caída con la frase «Chau, querida», que se ha convertido en su grito de guerra. Los simpatizantes de la mandataria salieron esta semana a protestar en las calles. También, los opositores a Temer. Al menos cuatro personas fueron detenidas en São Paulo después de que los manifestantes quemaran neumáticos y armaran barricadas.