Imputan a tres mineros por la muerte del viceministro boliviano Rodolfo Illanes

Europa Press

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Funeral por el viceministro boliviano Rodolfo Illanes
Funeral por el viceministro boliviano Rodolfo Illanes EFE

Los trabajadores denuncian la muerte de tres compañeros en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Un cuarto ha fallecido después de que le explotase una carga de dinamita

28 ago 2016 . Actualizado a las 20:01 h.

El Ministerio Público de Bolivia ha presentado este sábado una imputación formal contra tres mineros acusados de estar involucrados en la muerte del viceministro de Interior, Rodolfo Illanes, en medio de una ola de protestas de las cooperativas que exigen cambios legislativos para sus actividades de extracción. Entre los acusados se encuentra el presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (FENCOMIN), Carlos Mamani, imputado por delitos de asesinato, robo agravado, organización criminal y atentados contra miembros de organismos de seguridad del Estado, entre otros.

Por su parte, los mineros, que el viernes levantaron bloqueos de rutas, han denunciado la muerte de tres de sus compañeros en enfrentamientos con fuerzas de seguridad. El ministro boliviano de Gobierno, Carlos Romero, confirmó este domingo que un cuarto trabajador falleció a causa del conflicto que vive el país, tras ser herido el martes pasado durante la explosión de una carga de dinamita, que le voló una mano y parte del estómago. «Sabemos que, lamentablemente, hay cuatro cooperativistas fallecidos», dijo Romero en una entrevista con medios estatales. Detalló que tres de los mineros perdieron la vida por heridas de bala y el cuarto debido a «una mala manipulación de dinamita».

El fiscal general de Bolivia, Ramiro Guerrero, confirmó este sábado que el viceministro fue torturado durante unas siete horas antes de ser asesinado. Explicó que el informe preliminar y de defunción evidencian que se trató de «una muerte violenta por lesión de centros nerviosos superiores». «Al parecer se confirma que la muerte ocurrió entre las 17.30 y las 18.00 (hora local)» afirmó Guerrero, a lo que añadió que «tomando en cuenta la hora que fue retenido e interceptado, podemos establecer que son unas seis horas a siete horas (de tortura)» concretó el fiscal, según recogió el diario La Razón de Bolivia.