Alemania da luz verde al acopio de víveres ante la amenaza terrorista

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

TOBIAS SCHWARZ | AFP

Una medida del nuevo concepto de «defensa civil», que la oposición tilda de electoralista

25 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Debemos prepararnos (...) para una gran crisis». Con estas palabras nada tranquilizadoras presentaba el ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziére, su nuevo concepto de «defensa civil», tras ser aprobado el miércoles en un Consejo de Ministros que puso fin a días de rumores y filtraciones mediáticas. La polémica no es para menos, ya que se trata de la primera vez que la locomotora europea revisa su modelo de seguridad desde el final de la guerra fría. Y lo hace apenas un mes después de los atentados reivindicados por el Estado Islámico (EI) que sacudieron el sur del país.

Pero el documento elaborado por el Ejecutivo de Angela Merkel no solo menciona la amenaza terrorista, también plantea posibles crisis nucleares, biológicas y químicas, ataques cibernéticos y hasta catástrofes naturales. Por ello, insta a la ciudadanía a hacer acopio de alimentos para diez días y agua para cinco. «Cuando uno viaja, lleva normalmente un pequeño botiquín porque no sabe si en el lugar al que se dirige habrá un médico. Esto es similar», dijo De Maiziére, tratando de desdramatizar.

Descartan la mili

Otro de los puntos más controvertidos es que la población suministrará medios de transporte al Ejército, en circunstancias excepcionales. Eso sí, el ministro cristianodemócrata desmintió que esté estudiando reintroducir el servicio militar obligatorio. «Este tipo de planificaciones de seguridad las hacen todos los países del mundo», insistió De Maiziére, que teme especialmente un ataque contra instalaciones vitales como centrales energéticas o sistemas de agua corriente.

El titular de Interior aseguró que el concepto ya lo empezó a desarrollar una comisión presupuestaria del Parlamento en el 2012, y que tiene como objetivo actualizar el plan anterior, que data de 1995. De Maiziére intenta así acallar las críticas de la oposición, que le acusa de fomentar el pánico y el desconcierto entre la ciudadanía. Incluso los socialdemócratas, sus socios en el Gobierno de la gran coalición, le tachan de oportunista, por haber reaccionado en caliente a los dos ataques cometidos a finales de julio por refugiados en las localidades bávaras de Wurzburgo y Ansbach.

Una ola de violencia que provocó el desplome de la popularidad de la canciller alemana, a la que muchos culpan de haber comprometido el bienestar del pueblo con su política de acogida. Esta tesis se veía reforzada tras la encuesta publicada por el Frankfurter Allgemeine, que revela que hasta un 77 % de los alemanes considera que la amenaza terrorista es elevada, frente al 55 % de hace una década. Conscientes de ello, Merkel y los suyos exploran ahora nuevas vías para ganar votos de cara a los próximos comicios regionales de Mecklemburgo-Antepomerania y Berlín, que servirán de barómetro para las elecciones generales del 2017.

Sobre todo a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que tras haber capitalizado el creciente rechazo a la llegada de demandantes de asilo al país, se consolida ya como la tercera fuerza más votada y amenaza con entrar con fuerza en ambas Cámaras regionales. De ahí que el plan de «defensa civil» se complete con las medidas anunciadas hace dos semanas, que pasan por acelerar las expulsiones de inmigrantes que delincan o eliminar el secreto médico para detectar tendencias suicidas entre los refugiados.

Las principales medidas

Abastecimiento de víveres. El gobierno insta a los ciudadanos a que se hagan con alimentos suficientes para diez días y agua para cinco, además de medicamentos y dinero en efectivo.

Apoyo al Ejército. En caso de emergencia, la población deberá proporcionar vehículos y combustible a las fuerzas armadas y las empresas colaborar con la construcción y reparación de los cuarteles. Se sugiere la reintroducción del servicio militar obligatorio, pero el ministro lo descartó.

Blindaje de las autoridades. Adicionalmente el Gobierno aprobó un paquete de medidas antiterroristas que van desde el aumento de los efectivos policiales y de la videovigilancia, hasta la prohibición del burka en lugares públicos como escuelas o tribunales.