Trump cede para sellar la paz con la cúpula republicana

Adriana Rey NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Darren Hauck | Afp

Recula y da su respaldo a la reelección de Ryan y McCain

07 ago 2016 . Actualizado a las 01:13 h.

«Las cosas están mucho peor de lo que parece», advertía esta semana una fuente de la campaña de Donald Trump a NBC News. El neoyorquino se había pasado de la raya y el partido veía cómo congresistas, grandes donantes republicanos y hasta ex líderes de la CIA protagonizaban una estampida sin precedentes y, para colmo, en beneficio de Hillary Clinton ¿Quiere Trump torpedear al partido desde dentro? se preguntaban algunos.

Había que detener la sangría y una rectificación era la única manera de enderezar un poco las cosas. Sin embargo, el mea culpa lo tenía que entonar alguien alérgico a reconocer errores. Un hombre que lejos de pedir perdón suele envalentonarse y provocar incendios todavía mayores. Para muestra, basta un botón: la pelea con la familia Khan, la petición a Putin para que espiase a su rival demócrata, las amenazas de agresión a Michael Bloomberg, y el último, retar a la dirección de su propio partido negándose a apoyar la reelección de Paul Ryan y John McCain, dos pesos pesados republicanos y miembros muy poderosos del Congreso de EE.UU.

Esta última fue la gota que colmó el vaso, el traspiés que agotó la paciencia de Reince Priebus, presidente del Partido Republicano, y el error que Trump trató de enmendar: «Apoyo a Paul Ryan. Es un buen hombre (...) Respeto al senador John McCain y respaldo su reelección», rectificó Trump en un mitin en Wisconsin. Horas antes de su llegada, la tensión se podía cortar con un cuchillo: «Bienvenido a Wisconsin señor Trump, pero dejemos algo claro. Aquí somos republicanos de Ryan, no republicanos de Trump», advertía Robin Vos, presidente de la asamblea estatal.

Con su paso atrás, el magnate intenta calmar las aguas en un momento en el que las encuestas muestran un declive de hasta diez puntos en su contra. Ahora, la campaña republicana tratará de mejorar su juego y conocer lo mejor posible al votante. Para ello han contratado a Cambridge Analytics, la empresa que se encargó de enviar el mensaje a favor del brexit a millones de británicos y que también colaboró con los precandidatos Ted Cruz y Ben Carson.

Miedo demócrata

Mientras tanto y al mismo tiempo que Barack Obama llega a Martha’s Vineyard para comenzar sus vacaciones, decenas de expertos en seguridad y defensa han pedido al presidente de EE.UU. que tome medidas contundentes si se demuestra que el Gobierno ruso encargó el espionaje demócrata. Según el portal de noticias Politico, la Administración Obama podría imponer sanciones económicas como hizo con Corea del Norte e incluso llegar a presentar cargos criminales como ocurrió con China e Irán.

A la espera de que la CIA y el FBI puedan demostrar que hubo un pedido del Gobierno de Putin, en el Partido Demócrata no duermen tranquilos. Creen que lo peor todavía está por llegar y temen que una «sorpresa» de Wikileaks en el mes octubre, les dinamite el acceso a la Casa Blanca.