Turquía llama a consultas a su embajador en Alemania por tercera vez

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El Gobierno turco quiere protestar por que el Tribunal Constitucional germano prohibiera la retransmisión de un discurso de Erdogan

02 ago 2016 . Actualizado a las 07:50 h.

Los Gobiernos de Turquía y Alemania escriben un nuevo capítulo de tensión. Por tercera vez en lo que va de año, el Ministerio de Exteriores turco llamó a consultas al embajador alemán en Ankara, para protestar por el hecho de que el Tribunal Constitucional germano prohibiera la retransmisión de un discurso del presidente, Recep Tayyip Erdogan, durante la manifestación progubernamental del domingo en Colonia. Una decisión que el portavoz turco, Ibrahim Kalin, calificó de «inaceptable».

Mientras, en Alemania se palpaba la indignación por el ultimátum del ministro turco, que amenazó con romper el acuerdo migratorio si la UE no aprueba la exención de visados para sus ciudadanos hasta octubre. «En ningún caso Alemania o Europa pueden dejarse extorsionar», afirmaba ayer el vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel. «Lo que debe hacer es cumplir con los 72 requisitos y no chantajear como en un bazar turco», defendió Andreas Scheuer, secretario general de la Unión Cristianosocial Bávara, el otro socio de Angela Merkel en el Gobierno de gran coalición. Solo trató de rebajar el tono el portavoz del Ministerio de Exteriores, Martin Schäfer, quien dijo no ver en las declaraciones de Turquía «ni un ultimátum ni una amenaza». Asimismo, Schäfer insistió en que la llamada a consultas es un recurso «habitual».

Al menos para el Gobierno turco, que ya citó al embajador alemán en abril, a raíz de la sátira del humorista Jan Böhmermann sobre Erdogan, y en junio, después de que el Parlamento reconociera como genocidio la masacre armenia por parte del Imperio otomano durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora todos esperan respuesta de la canciller alemana, criticada por ser demasiado condescendiente con Ankara, a la que necesita para controlar el flujo de refugiados. Entretanto, ayer el Ejército turco detuvo a once soldados acusados de haber formado parte del comando que atacó el hotel de Marmaris, en el oeste del país, donde se encontraba el presidente, que continúa la purga que inició tras la intentona golpista del pasado 15 de julio.