La policía alemana sospecha que el suicida de Ansbach tenía un cómplice

PATRICIA BAELO BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

DANIEL KARMANN | EFE

La ultraderecha alemana continúa intentando sacar provecho de los cuatro ataques de la última semana

28 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La investigación sobre el ataque terrorista que el pasado domingo dejó quince heridos en Ansbach arroja nuevos datos. El suicida, un sirio de 27 años identificado como Mohammed Dalil, actuó «influido» por una tercera persona, con la que mantuvo un chat a través de su teléfono móvil hasta justo antes de detonar la bomba, explicó ayer el ministro del Interior de Baviera, según medios locales. Joachim Herrmann subrayó que aún no se sabe si era alguien del Estado Islámico. Asimismo, Bild publicaba ayer un informe médico en el que uno de los terapeutas que trató a Dalil advirtió en 2015 de que el joven presentaba un importante deterioro físico y mental, y que era capaz de llevar a cabo un «suicidio espectacular».

Mientras, la ultraderecha alemana continúa intentando sacar provecho de los cuatro ataques de la última semana, tres de ellos cometidos por refugiados, y ajena al aluvión de críticas que llegan de las oenegés, pidió que se retire el asilo a los musulmanes. «No todos los musulmanes son terroristas, pero el terrorismo con motivación religiosa en Alemania hasta ahora ha sido siempre musulmán», defendió el vicepresidente de la formación islamófoba AfD, Alexander Gauland. En la misma línea se expresaron los populistas de derechas de toda Europa, desde la jefa del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, hasta el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quienes responsabilizan a Angela Merkel de comprometer la seguridad del continente con su política de acogida. 

Simpatizante de Hitler

Pero además de la amenaza yihadista, el país afronta un repunte del terrorismo de ultraderecha. Un ejemplo es el tiroteo de Múnich del pasado viernes, que mató a nueve personas, ocho de ellas extranjeras. Pese a que en un principio se descartó la motivación política, ahora las autoridades creen que el autor, un joven germano-iraní de 18 años que se inspiró en el ultraderechista noruego Anders Breivik, era un islamófobo, presumía de haber nacido el mismo día que Hitler y de su condición de ario, según el Frankfurter Allgemeine.

Las autoridades, en un estado de paranoia permanente, intentan reforzar la seguridad. El último episodio ocurrió ayer, cuando una maleta llena de aerosoles explotó junto a un albergue de refugiados en la localidad bávara de Zirndorf sin causar heridos.