Ankara se aleja de sus aliados de Occidente y mira hacia Moscú

L. F. Palomo MADRID / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

CEM OKSUZ | Efe

Putin y Erdogan tampoco son íntimos compañeros de viaje, sus posiciones antagónicas en el conflicto sirio los enfrentan desde el 2011

19 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que menos necesitaban los cada día más alejados aliados occidentales de Turquía era el malentendido que ayer llevó a la embajada estadounidense de Ankara a desmentir unas declaraciones de John Kerry. El Washington Post aseguraba que el secretario de Estado había puesto en duda la permanencia de Turquía en la OTAN. Un socio clave que después del golpe militar fallido ya se enfrentó a Washington cuando insinuó que podría estar detrás de la asonada. Además, la canciller alemana, Angela Merkel, expresó ayer su preocupación por la ola de detenciones y la intención del Ejecutivo turco de restituir la pena de muerte. Pero al presidente turco no parece interesarle aliviar, de momento, las tensiones. Mira hacia otras latitudes y ha aceptado una reunión cara a cara con el presidente ruso, Vladimir Putin, para la primera semana de agosto.

Putin y Erdogan tampoco son íntimos compañeros de viaje. Sus posiciones antagónicas en el conflicto sirio los enfrentan desde el 2011. El primero por ser valedor de Bachar Al Asad; y el segundo por haber sido el principal opositor a que el presidente sirio continuara en el poder. No está claro cuánto profundizarán en este tema en el encuentro de agosto y si el Gobierno de Damasco entrará como moneda de cambio para una mayor colaboración, pero los acontecimientos apuntan a que las relaciones entre Ankara y el Kremlin serán más fluidas ahora que antes. El paso está dado.

El encuentro de agosto será el primero desde la crisis que les enfrentó en noviembre pasado por el derribo de un avión ruso por Turquía en la frontera turco-siria. A mayor lejanía de Estados Unidos y Europa, Rusia aprovecha para acercarse. Putin telefoneó a Erdogan tras la intentona de golpe para rechazar categóricamente las acciones anticonstitucionales y la violencia. Son «inadmisibles» esas acciones en la vida de los países, declaró el Kremlin en un comunicado, poniendo aún más de manifiesto las discretas condenas percibida desde Europa y EE.UU. que se muestran más preocupados por la deriva post-golpe que por el golpe en sí.

Como se preveía, la intentona no solo tiene consecuencias inquietantes en el plano interno, con las purgas militares, en la judicatura y la policía. Las reacciones en cadena en las alianzas geopolíticas tan solo comienzan a sentirse.