¿Quién es Fetullah Gülen, el hombre al que Turquía culpa del intento de golpe de Estado?

La Voz

INTERNACIONAL

El imán, que goza de gran apoyo dentro de la policía y del poder judicial, se encuentra exiliado en Estados Unidos

16 jul 2016 . Actualizado a las 19:45 h.

Las aguas revueltas en las que se encuentra inmersa Turquía tras el intento del golpe de Estado tienen un nombre y un apellido detrás. Al menos para Erdogan y su séquito de afines, que han encontrado ya un culpable. Una mano negra que desde el exilio ha abierto un avispero que ha sumido en el caos al país. Fethullah Gülen, un imán turco que actualmente se encuentra exiliado en Estados Unidos, ha sido acusado de orquestar el intento de golpe de Estado. Pero, ¿quién es realmente el señalado?

Con una amplia base de simpatizantes en su país natal, Gülen goza de gran apoyo dentro de la policía y sobre todo del poder judicial. Predicador islámico, que actualmente vive retirado en un pequeño pueblo en las montañas del Pocono, en Pensilvania, fue acusado sin miramientos y de manera pública por el presidente turco. Enemigos declarado de Recep Tayyip Erdogan, Gülen fue colocado en el centro de la diana a pocos minutos de que todo saltara por los aires. Un dedo acusador que él mismo ha intentado desviar rápidamente. Desde su retiro, el predicador negaba inmediatamente haber tenido algo que ver, asegurando a través de un comunicado estar totalmente comprometido con la democracia y oponerse a cualquier tipo de intervención militar. 

«Como alguien que sufrió bajo múltiples golpes militares durante las últimas cinco décadas, resulta especialmente insultante ser acusado de tener alguna relación con este intento. Niego categóricamente tales acusaciones», sentenciaba Gülen en su breve escrito, donde además añadía: «El gobierno debe conquistarse mediante un proceso de elecciones libres y justas, no por la fuerza. Ruego a Dios por Turquía, por los ciudadanos turcos y por todos aquellos que actualmente se encuentran en el país, porque esta situación se resuelva pacíficamente y rápidamente».

La enemistad entre Gülen y Erdogan no viene de tan atrás como muchos esperan. Estrechos aliados durante muchos años, la amistad entre el imán y el presidente se rompió en los últimos años, cuando Erdogan se vio amenazado por el pujante movimiento Gülen -también conocido como movimiento Hizmet y que aboga por una mezcla de misticismo sufí y la armonía entre las personas sobre la base de las enseñanzas del Islam-. A pesar de tener a los medios de comunicación, la policía y el poder judicial entre sus más firmes aliados, Gülen decidió abandonar el país en 1999. Poco tiempo después fue acusado de traición a su país.

La pugna por el poder entre los dos bandos se vio agravada a finales del 2013, después de que varios funcionarios judiciales aparentemente cercanos a Gülen presentaran cargos de corrupción que implicaban directamente a parte del círculo más cercano de Erdogan, incluyendo a su hijo Bilal. Como respuesta Erdogan lanzó una serie de contraataques: expulsó a cientos de oficiales del ejército, entre ellos importantes generales; cerró escuelas gestionadas por el Hizmet y despidió a cientos de agentes de policía. También estrechó el cerco a los periódicos considerados favorables a su rival.

Y en todo este cruce de acusaciones quien se ha visto fuertemente salpicado es precisamente Estados Unidos. Al «anfitrión» del imán turco ya le han llovido algunas críticas. El Gobierno de Turquía ha clamado contra el país americano por albergar al controvertido predicador. Un país que acoge al «líder del Estado paralelo» no puede ser un amigo de Turquía, señalaba el primer ministro turco, Binali Yildirim.