El miedo a un atentado dispara las alarmas falsas en EE.UU.

Adriana Rey NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

MICHAEL REYNOLDS | efe

Un simulacro de tiroteo cierra la base de Andrews, donde tiene su hangar el avión presidencial

01 jul 2016 . Actualizado a las 07:30 h.

El desafío de mantener seguro a Estados Unidos es una constante con la que diariamente lidian las fuerzas de seguridad y la inteligencia del país. La sensación de que en cualquier momento sus ciudadanos pueden volver a ser víctimas de otro atentado sigue provocando que las alarmas se disparen ante cualquier mínima sospecha y más, cuando en las últimas horas ha tenido lugar una masacre como la del aeropuerto de Estambul. Bajo este escenario, ayer el país volvía a contener la respiración cuando la base áerea de Andrews blindaba sus instalaciones tras informar de la presencia de un «tirador activo» en la tercera planta del centro médico Malcolm Grow alas 9.00 hora local. La base está situada a unos 30 kilómetros de Washington y en ella se encuentra el hangar del avión presidencial Air Force One, es más, pocas horas antes de este suceso, Barack Obama había aterrizado procedente de Ottawa, tras participar en una cumbre son sus homólogos de México y Canadá.

El «incidente» quedo resuelto a las 10.40 horas, después de que se comprobara que no existía tal amenaza. El cierre de la base Andrews fue total y el protocolo de emergencia obligó a dirigir a todo el personal a lugares seguros y a cancelar un viaje del vicepresidente Joe Biden a Ohio, ya que su avión también tiene allí su base. Al final, la alerta se quedó en «un error de comunicación interna». «La base tenía programado un ejercicio de simulacro de tiroteo, sin embargo, se informó de una situación real en la instalación médica Malcolm Grow», se justificó la unidad militar a través de Twitter. Tan solo veinticuatro horas antes Una alarma similar se había producido tan solo veinticuatro horas antes en la terminal 5 del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, que fue desalojada por la presencia de una maleta sospechosa.

Cada vez hay más voces que apuntan a un creciente alarmismo en este sentido pero el tiroteo de Orlando o la matanza de San Bernardino siguen estando demasiado recientes para muchos estadounidenses. A esto hay que añadirle las constantes advertencias por parte de la CIA. «Me sorprendería que el Estado Islámico no intentara llevar a cabo este tipo de atentados aquí», decía el director de la CIA, John Brennan, en referencia a lo ocurrido en Estambul. Algunas voces apuntan a una excesiva psicosis pero en paralelo, los datos actuales dibujan una realidad bastante compleja en el país. El secretario de Justicia adjunto, John Carlin (responsable de las investigaciones federales sobre terrorismo) cifró en 60 los casos investigados en EE.UU. el 2015. Una cantidad que supera los casos de terrorismo en cualquier año desde el 11 de septiembre del 2001.