Merkel endurece el tono contra el Reino Unido

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

JOHN MACDOUGALL | AFP

Le recuerda que sin aceptar la libre circulación de personas, Londres no tendrá acceso al mercado único europeo

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de cal y otra de arena. No podría resumirse mejor la comparecencia de Angela Merkel ayer ante el Parlamento alemán para fijar su postura ante el brexit en la antesala de la cumbre comunitaria. Su discurso, seguido con expectación tanto dentro como fuera del país, no logró despejar incógnitas sobre la forma de afrontar la crisis. Más bien, lo único que quedó claro es que la canciller alemana, siempre pragmática y conciliadora, prefiere la ambivalencia para mantener contentos a todos.

Al igual que ya hiciera el día anterior junto a sus homólogos de Francia e Italia, Merkel descartó negociaciones con Londres, «ni formales ni informales», hasta que el Gobierno de David Cameron no haya invocado oficialmente el artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el que activará su salida ordenada del bloque, un proceso que debería culminar en el plazo de dos años a partir de entonces. «Solo les puedo aconsejar a nuestros amigos británicos que no se engañen sobre las decisiones necesarias que deben ser tomadas en el Reino Unido», insistió la dama de hierro, temerosa de perder a un importante aliado comercial y político en el continente.

Pero al mismo tiempo, Merkel, criticada en casa por la oposición, que la acusa de retrasar las negociaciones a su antojo, endureció el tono por primera vez.

No al mercado único

Sin llegar a las amenazas que expresaron los últimos días Jean-Claude Juncker y Martin Schulz, la canciller advirtió al Reino Unido que no va a recibir un trato especial. «Quien quiera salir de esta familia no puede esperar librarse de todos los compromisos y a la vez mantener todos los privilegios», sentenció Merkel, haciendo alusión a que, sin aceptar la libre circulación de personas, Londres no tendrá acceso al mercado único europeo.

Consciente también de que, ahora más que nunca, le toca asumir las riendas y marcar el rumbo que deberá seguir la Unión Europea de los 27, la jefa del Gobierno alemán llamó a la unidad de sus vecinos contra «las fuerzas centrífugas». Asimismo, Merkel optó por repetir otro de los mensajes de los últimos días, al hablar de dar un nuevo impulso al Viejo Continente, para mejorar la competitividad y «reducir la brecha entre los ganadores y los perdedores de la globalización». En este sentido, se remitió a las propuestas acordadas el lunes con François Hollande y Matteo Renzi, centradas en la crisis de los refugiados, la lucha contra la amenaza terrorista y la creación de empleo, y que serán debatidas hoy en Bruselas.

Visegrado quiere liquidar el poder de Bruselas 

Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría culpan a Bruselas del fracaso británico. Los Gobiernos del grupo de Visegrado aprovecharon la tensión en la cumbre para tratar de arrebatar poder el Ejecutivo comunitario. La crisis abierta en el seno de la UE se convirtió ayer en oportunidad para los cuatro socios díscolos de la Unión. En un comunicado conjunto exigieron al cuestionado Jean Claude Juncker que repatríe competencias a las capitales: «El trabajo de la Unión debe volver a lo básico, a mantener los principios fundamentales sobre los que se fundó el proyecto europeo», reza el documento.