Corbyn no tira la toalla pese a perder el apoyo de sus diputados

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

BEN STANSALL | AFP

Ocho de cada diez parlamentarios le reprochan su papel en el referendo y lo creen incapacitado para ganar las elecciones

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No hubo sorpresas. La moción de confianza contra el líder laborista, Jeremy Corbyn, se discutió y votó a puerta cerrada pero pasadas las cinco de la tarde se filtró lo que muchos predecían, que 172 diputados no lo quieren frente a 40 que votaron a favor de que siga. Pese a que el resultado lo coloca contra los cuerdas, a los pocos minutos Corbyn anunció que seguía contra viento y marea. «Fui elegido democráticamente líder de nuestro partido para un nuevo tipo de política con un 60 % de los votos de los afiliados. No voy a traicionarlos dimitiendo», señaló.

Corbyn dejó claro que el voto de sus diputados no tiene legitimidad constitucional e intentó llevar el debate a su terreno. Alegó que «el Gobierno está en desorden» y que «los ministros han dejado claro que no tienen ningún plan de salida de la UE». Están decididos, añadió, «a hacer que las personas que trabajan paguen con una nueva ronda de recortes y subidas de impuestos», por lo que cree que la responsabilidad del laborismo es «unir a la gente, que el Gobierno responda, oponerse a la austeridad y establecer un camino para el brexit, para que se protejan los empleos y salarios».

Lo cierto es que en la historia de la política británica nunca hubo una situación similar, en la que un líder sufriese la oposición de un 80 % de sus diputados y se mantuviese, pese a ello, resuelto a permanecer en su puesto. En los últimos cuatro días se han producido 32 dimisiones de su equipo más cercano y casi 60 parlamentarios le han pedido por carta que renuncie.

La propuesta de la votación de confianza fue presentada por la diputada Margaret Hodge tras confirmarse la victoria del brexit. En ella criticaba el papel de Corbyn en la campaña y su falta de liderazgo para ganar unas elecciones generales, previstas para octubre tras la dimisión del primer ministro, David Cameron. Tras la confirmación de que Corbyn quiere seguir, la opción que tienen los diputados ahora es desafiarlo para que se produzca una nueva elección interna, para la que el actual líder tendría que conseguir 50 nominaciones. Sin embargo, de llegar a este punto, los expertos creen que Corbyn volvería a ganar y repetir una victoria similar a la de septiembre de 2015, pues continúa teniendo el apoyo de todos los sindicatos y las bases del partido. Desde su llegada, han aumentado en 380.000 los afiliados al partido.

Uno de los que sí siguen a su lado es el veterano diputado John McDonnell, quien acompañó a Corbyn a un acto con 10.000 seguidores a las puertas del Parlamento para pedirle que siga. «Jeremy ha sido elegido hace nueve meses. Fue el mayor triunfo de cualquier líder de nuestro partido. Nosotros llamamos democracia a esto». Ahora, el equipo de Corbyn espera que las aguas vuelvan poco a poco a su cauce y que los medios se centren en el liderazgo conservador, la negociación con Bruselas y la publicación del esperado informe Chilcot sobre la guerra de Irak, que debe desentrañar el papel desempaño por el entonces primer ministro laborista Tony Blair.