La Justicia europea apoya desterrar el uso del velo islámico en las empresas

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ADRIAN DENNIS | Afp

El Tribunal de Justicia de la UE avala el despido de una trabajadora por querer portar el velo durante las horas de su jornada laboral

01 jun 2016 . Actualizado a las 07:15 h.

La polémica por el uso del velo está servida. En esta ocasión ha sido la abogada del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Julianne Kokott, la que ha abierto la caja de los truenos al avalar ayer el despido de una trabajadora por querer portar el velo islámico durante las horas de su jornada laboral. 

Samira Achbita denunció ante dos tribunales belgas a su empresa, G4S, encargada de la seguridad de edificios como el de la Comisión Europea. Su empleador, para el que había trabajado tres años, la despidió después de que comunicase a sus superiores su intención de cubrirse la cabeza durante el ejercicio de sus funciones. El cese fue inmediato y Samira acusó a la compañía de discriminarla por razones religiosas, un punto que no fue respaldado por ninguno de los tribunales a los que recurrió. El asunto pasó a manos del Tribunal de Justicia de la UE que ayer emitió su opinión provisional: «El despido puede estar justificado», aseguró Kokott. 

La letrada considera que no se le discriminó por ser musulmana ya que la empresa aplica la misma norma de prohibición para otros supuestos. No permite la exhibición de símbolos religiosos, políticos ni filosóficos. «Mientras que un trabajador no puede dejar en el guardarropa su sexo, su color de piel, su etnia, su orientación sexual, su edad o su discapacidad, sí se le puede exigir cierta reserva en el puesto de trabajo respecto al ejercicio de su religión», recuerda Kokott, para quien la medida es proporcional y garantiza la neutralidad religiosa: «La prohibición no perjudica excesivamente los intereses legítimos de la trabajadora», resume antes de admitir que podría existir una «discriminación secundaria», puesto que en su religión la prohibición puede tener más peso relativo a la importancia que se le otorga al uso del velo. 

Consecuencias

Es la primera vez que la justicia europea se pronuncia sobre un caso de esta naturaleza. Y no será la última. Todavía hay otra demanda en curso que el Alto Tribunal deberá examinar las próximas semanas. Las consecuencias que puede acarrear la recomendación de la jurista son múltiples. Aunque solo se trate de una opinión, los jueces suelen avalar en el 80 % de los casos la posición de los abogados. Si esto ocurre, el despido procedente de Samira por llevar velo puede crear jurisprudencia. Abriría las puertas al despido de aquellas mujeres que reclamen el uso del velo en sus empresas. 

La sentencia puede despertar de nuevo tensiones en un momento delicado para la comunidad musulmana, objeto de acusaciones de radicalismo. El debate es viejo en lo que concierne a los espacios públicos, pero no hay precedentes de una posición tan clara para las normas en entidades de carácter privado. Consciente del revuelo que puede generar, Kokott recomendó en su alegato que sean los tribunales nacionales los que examinen caso por caso las demandas de otras mujeres musulmanas. Quiere evitar que se pasen por alto otros matices eclipsados o escondidos tras la controversia del uso del velo.