Turquía acusa a EE.UU. de doble moral

Laura Fernández Palomo AMÁN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

DELIL SOULEIMAN | AFP

Su protesta obliga al Pentágono a retirar las insignias kurdas que portan sus soldados en Siria

28 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Como era previsible, las fotos de las fuerzas especiales de EE.UU. en el frente de Raqa con emblemas de la guerrilla kurdo-siria YPG han irritado a Turquía, que calificó el hecho de «inadmisible» e «hipócrita». El Pentágono tuvo que rectificar y retirar las insignias de los uniformes.

El choque entre los dos aliados en la OTAN llega en el transcurso de una doble ofensiva contra el Estado Islámico en Irak y Siria. Hace cuatro días comenzó la operación terrestre de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdo-árabe respaldada por EE.UU., para retomar la capital del califato. Ankara nunca ha aprobado la alianza de Washington con las milicias de la YPG, que considera un grupo terrorista por su vinculación con el PKK y que ve como una amenaza sus ambiciones de crear una autonomía en Siria-. Ayer acusó a su aliado de aplicar un «doble rasero». «Les recomendamos que lleven distintivos del EI o del Frente al Nusra cuando estén en otros lugares de Siria y de Boko Haram cuando estén África», ironizó el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu.

La alianza kurdo-árabe ya ha retomado el control de 10 pueblos y granjas del norte de la provincia de Raqa. Decenas de familias lograron huir de la capital durante los primeros días de la ofensiva, pero ahora, según los activistas de Raqa Está Siendo Masacrada en Silencio, los yihadistas ya no dejan salir a nadie.

Con la presión sobre la capital de su califato, los militantes del EI han lanzado un asalto hacia las zonas rebeldes a escasos kilómetros de la frontera con Turquía que ha provocado otra oleada de desplazados, cifrada en unas 45.000 persona. Médicos sin Fronteras (MSF) ha evacuado a su personal del hospital al Salamah, en Azaz, y ha mostrado su preocupación por las más de 100.000 civiles que estima están atrapados en la frontera.

El Estado Islámico mata a los civiles de Faluya que no se unen a sus filas

Solo 800 de los cerca de 50.000 civiles que están atrapados en Faluya han podido escapar. Los militantes del Estado Islámico han impedido la salida de la población desde el inicio de la ofensiva del Ejército. Ahora, los yihadistas están matando a quienes no se unen a sus filas. Según la Agencia para los Refugiados de la ONU, hay un «aumento dramático» de asesinatos de hombres, tanto jóvenes como adultos. Acnur también informa que en los combates muchos civiles han perecido enterrados bajo los escombros de sus casas.

«Estamos muy preocupados de que la gente quede en la línea de fuego», alertó el portavoz local del Consejo de Refugiados Noruego, Bakr Abdulá. La población cercada está en una «situación de emergencia extrema», no hay alimentos y beben el agua del Éufrates, según las agencias humanitarias.

En un ataque aéreo de la coalición, los yihadistas perdieron a unos 70 combatientes, incluido el comandante del EI en Faluya, Maher al Bilawi, anunció EE.UU.