Albert Rivera promete a la oposición de Venezuela que España la va a apoyar

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MARCO BELLO | REUTERS

La Asamblea citará a Podemos para que aclare la financiación de Chávez y Maduro

25 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El diputado y candidato español a la presidencia de Gobierno Albert Rivera pidió durante una sesión solemne en la Asamblea Nacional de Venezuela «que no se obstruya la posibilidad de realizar un referendo revocatorio». El líder de Ciudadanos, que prometió a la oposición que España no la dejará sola, empezó por subrayar que la prioridad de Venezuela, y de quienes quieran ayudarla, debe ser atender la grave crisis de medicinas y alimentos que padecen sus habitantes, incluyendo a los de origen español.

Rivera instó a un diálogo que permita resolver los problemas de «un país rico que tiene que ser rico, y no lo que es hoy, un país rico en recursos, pero pobre en libertades fundamentales». Flanqueado por la madre y la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López, afirmó que el diálogo no puede darse «si hay gente pasando hambre» y señaló tres requisitos para iniciarlo: la defensa de la Constitución (en referencia al revocatorio), el respeto a los derechos humanos y la libertad de los presos políticos.

Durante la sesión, Freddy Guevara, presidente de la Comisión de Contraloría, anunció que invitará a los dirigentes de Podemos a que expliquen en el Parlamento venezolano de qué forma recibieron la supuesta financiación de los Gobiernos de Hugo Chávez y Maduro al partido y a sus fundaciones satélites. Guevara pidió a Rivera que contribuya a esclarecer desde España cómo recibieron los «recursos que en forma de alimentos y medicinas necesitan hoy los venezolanos». 

Sin contratiempos

Pese a las amenazas de no dejarlo entrar en el país lanzadas días antes de su llegada por Diosdado Cabello, el número dos del chavismo, Rivera pudo además reunirse con una comisión del Parlamento en la que se mostró «a reunirse con las autoridades que el Gobierno tenga a bien designar» para conocer la versión del oficialismo sobre la realidad venezolana. Un diputado que participó en el encuentro y que no quiso identificarse considera que Maduro le permitió entrar porque se encuentra debilitado y no podía pagar el costo político de impedírselo, además de la influencia que pudiera tener la mediación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

De hecho, las condiciones para el diálogo que enumeró Rivera (respeto a la institucionalidad, no obstaculizar el revocatorio, respeto a los derechos humanos, soluciones a la crisis humanitaria) son las mismas que en su momento esgrimió Zapatero y fueron decididas en un encuentro de la Internacional Socialista en la República Dominicana en abril. Según la fuente anónima, dichas condiciones fueron aceptadas por el Gobierno venezolano a través de la canciller, Delcy Rodríguez.

El presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento, Luis Florido, valoró la visita de Rivera «dentro de la ayuda que estamos gestionando para que los venezolanos vean que no estamos solos» y prometió «una visita que será una gran sorpresa» en los próximos días. Además, manifestó su confianza en que en la OEA se sumen los votos necesarios para declarar la ruptura del hilo constitucional en Venezuela y la creación de un grupo supervisor de la democracia venezolana.

El Gobierno sube el 900 % el precio de la harina para arepas

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Empeñado en vender el sofá, el Gobierno venezolano aumentó los precios oficiales de una serie de productos de alto consumo, cerrando los ojos ante el hecho de que la realidad de las calles ya los sobrepasó. Así, por ejemplo, un kilo de harina de maíz, ingrediente esencial de la dieta de los venezolanos, pasó de 19 a 190 bolívares, lo que supone un incremento del 900 % del precio, tras 15 meses congelado.

La realidad es que, en la calle, un kilo de harina de maíz, si se consigue, cuesta 400 bolívares, y hay quienes lo venden incluso por 1.000, el precio estándar del paquete de cuatro rollos de papel higiénico, que el Ejecutivo fijó ayer en 174,22 bolívares. Algo parecido ocurre con los pañales de talla grande: precio oficial, 762,98 bolívares, cuando en el mercado negro se consiguen por 5.000.

Un economista, que pidió no identificarse calificó de «ridículos» los precios oficiales y consideró «una burla» ponerles céntimos, cuando «el billete de más alta denominación en Venezuela, el de 100 bolívares (menos de 10 céntimos en el mercado negro del dólar) es un decimal, porque para cualquier cosa que compres necesitas más de 100 bolívares». Sobran ejemplos: un chocolate, 1.600 (16 billetes de máxima denominación); una bolsa grande de Doritos, 1.200; un kilo de carne, 5.000; un salario mínimo, tres kilos de carne, es decir, 16.000 bolívares, que equivalen a 15 euros.

El Gobierno no publica cifras de inflación desde diciembre, cuando anunció, sin detalles, que en el 2015 había sido del 180,9 %. Una cifra extraoficial de la oenegé Cendas fija que, solo en abril, fue del 30 %. Añade que hacen falta diez salarios mínimos para una cesta de la compra familiar y que la variación de precios en el último año es del 718 %, más del 1 % de inflación diaria.

Según una encuesta elaborada por un grupo de universidades, casi un tercio de los venezolanos han eliminado una comida al día, y el 78 % de la población vive en la pobreza. Los saqueos de comercios y camiones con comida son cotidianos, como las escenas de personas revolviendo en la basura buscando comida.