Los alemanes se movilizan contra el acuerdo de libre comercio con EE.UU.

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

KAI PFAFFENBACH | Reuters

Hannover reúne a miles de manifestantes, antes de la llegada del presidente

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«El Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión es una de las mejores maneras de promover el crecimiento y crear empleo». Con estas declaraciones al diario Bild, el presidente de EE.UU. apostaba ayer por el polémico tratado que negocia con la Unión Europea desde julio del 2013. Lo hacía un día antes de viajar a Alemania, donde inaugurará la feria industrial de Hannover, que en la presente edición tiene a Estados Unidos como país invitado. Pero, sobre todo, el principal objetivo de Barack Obama será impulsar, junto a Angela Merkel, el conocido como TTIP (por sus siglas en inglés), que aspira a crear la mayor zona de libre comercio del mundo.

Ambos mandatarios son conscientes de que las elecciones en EE.UU. están a la vuelta de la esquina, y esperan poder aprobar el acuerdo antes de que concluya el mandato de Obama. Sin embargo, el propio presidente es consciente de que continúan existiendo «barreras» al TTIP, debido a los «intereses» de cada Estado, tal y como reconoció ayer en Londres. Precisamente Alemania es uno de los países donde el rechazo social es más patente. Por ello, Merkel quiso aprovechar su videomensaje de los sábados, para defender el tratado comercial de las críticas. «No retrocederemos en nuestros estándares, sino que garantizaremos lo que existe hoy en Europa en materia de medio ambiente y derechos del consumidor», argumentó la canciller.

Paralelamente, unas 35.000 personas salían a las calles de Hannover para protestar contra el futuro acuerdo de libre comercio. En un ambiente festivo, 30 asociaciones de consumidores, sindicatos y grupos ecologistas organizaron una marcha multitudinaria que recorrió las calles de la ciudad encabezada por 35 tractores y un gran caballo de madera con el cartel: «TTIP: ¿un troyano?». Niños y ancianos izaron banderas con el lema «Librerías en lugar de libre comercio», para exigir más transparencia en la negociación del acuerdo, que a su juicio solo favorece a las grandes corporaciones.

Uno de cada tres se opone

«Percibo que el rechazo de la sociedad civil está creciendo, no solo en Europa, sino también en Estados Unidos», señaló la jefa de Los Verdes, Simone Peter. Es más, según una encuesta de la Fundación Bertelsmann, uno de cada tres alemanes se opone a la firma, y solo uno de cada cinco lo considera positivo para el país.

Horas antes la comisaria de Comercio de la UE, la sueca Cecilia Malmström, se mostró sorprendida. «No me resulta fácil entender el miedo en Alemania. Me parece extraño que sea aquí, en un país con tanta prosperidad económica», afirmó en una entrevista a la agencia Dpa Malmström, quien confía en que el rechazo de la población disminuya. No obstante, los analistas advierten de que las posibilidades de que el acuerdo salga adelante son escasas, pese a los esfuerzos de Obama y Merkel, que el viernes apeló incluso a las oportunidades comerciales que se le abrirían a la cerveza, la bebida nacional, de aprobarse el TTIP.