«Está muriendo gente que podría salvarse»

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MIGUEL GUTIERREZ | Efe

La escasez de medicinas moviliza a los centros españoles y a la embajada, pero nada puede hacerse sin el consentimiento del Gobierno venezolano, que es reticente a recibir ayuda

23 abr 2016 . Actualizado a las 12:21 h.

Se llama Beatriz, su madre es asturiana y su padre es de Cambados y nació en Caracas hace 48 años. En el 2010 le diagnosticaron cáncer de mama. Ha tenido una recaída en el 2013 y desde entonces empezó a remitir, pero para seguir así necesita Herceptin, un medicamento que el año pasado desapareció de la farmacia de alto costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

No quiere dar su apellido porque ha estado muy activa en las redes sociales, organizando a las personas que están en su misma situación, para presionar al IVSS y hace tres semanas, cuando acudió a recibir el resto de los medicamentos que tiene que tomar de por vida y que aún le entregan, uno de los dependientes la reconoció y le dijo (aunque sonriendo): «Estás levantisca». Tiene miedo de que dejen de dárselos por su posicionamiento, pero lo que ha sucedido desde entonces es que se los dan sin hacer fila. «Le tienen miedo a mi lengua», sonríe, aunque está desesperada. «Sin el Herceptin estoy condenada a muerte».

Una «compañera» (de infortunio, se entiende) tiene familia en Colombia y preguntó por él, para ver si lo compraban. Esos medicamentos no se venden en el país vecino, y en el único sitio donde lo consiguió cada ampolla cuesta unos 1.000 euros. Tiene que comprar 18 para otros tantos ciclos de quimioterapia, algo inalcanzable para ninguna economía venezolana. «Hay gente que ha sido estafada», dice Beatriz. «A una señora le quitaron 100.000 bolívares [90 euros, pero el salario mínimo es de 20] para un tratamiento para el tumor cerebral de su hijo. A mí me ofrecían Herceptín si daba 6.000 por una nevera para trasladarlo. No acepté».

La Federación Médica Venezolana calificó la escasez de medicamentos (cercana al 95 %) de «holocausto» . «Está muriendo gente que puede salvarse perfectamente con solo tomar un medicamento», señaló Douglas León Natera, el presidente del gremio.

Como la historia de Beatriz hay miles. El Gobierno de Nicolás Maduro se niega a declarar una emergencia gracias a la cual se podrían reponer en plazo breve los medicamentos. La Asamblea Nacional, controlada por la oposición, está elaborando una Ley de Emergencia Humanitaria, pero corre el riesgo de ser declarada inconstitucional, como todas las que ha aprobado, por el Tribunal Supremo controlado por el chavismo.

La situación hace mella en los colectivos españoles y gallegos que residen en el país sudamericano. La Hermandad Gallega de Venezuela, con sede en Caracas, recibe semanalmente decenas de solicitudes de medicinas, sobre todo personas mayores, que necesitan medicamentos sencillos, como antihipertensivos o para el control de la diabetes, que tampoco se consiguen.

Un portavoz de la Embajada de España en Caracas, que declaró en condición de anonimato, afirmó que «informalmente» la legación diplomática ha buscado medicamentos dentro del país para personas que se acercan a solicitarlos. «El problema es que ya no se consigue nada». Llevarlos desde España, ni pensarlo: el proceso es engorroso y se teme que Caracas no lo vea bien, considerando el mal momento de las relaciones diplomáticas. Buena parte de la ayuda que presta la Embajada se canaliza a través de la Hermandad Gallega de Venezuela, que tiene un centro de día en el que atiende a 52 personas de la tercera edad.

Tres de los ancianos del centro emigraron a España en las últimas semanas en busca de atención, pero los que más se están yendo son los jóvenes. Según el censo del Consulado español en Caracas, el año pasado se registraron 107.000 bajas de los 327.000 españoles registrados. La colonia es sin duda mucho mayor.

Sin embargo, la Embajada no espera un retorno masivo, «al menos no en este momento», pues la colonia española en Venezuela está «muy arraigada». «Sabemos que hay por lo menos dos fundaciones que pueden poner varias toneladas de medicinas en un plazo muy corto, pero necesitan la declaración de emergencia humana».

Mientras, Beatriz sigue buscando el Herceptin, sin ninguna promesa de que vaya a retornar al IVSS. «En última instancia, solicitaré una ayuda para el retorno. Es eso o mi vida», lamenta.

«Los que están llevando peor la crisis son las personas de la tercera edad»

Roberto González (47 años) es de la primera generación de gallego-venezolanos, y como ya varios de sus antecesores, ha tomado las riendas de la Hermandad Gallega. Reconoce que la situación del colectivo no difiere de la que viven el resto de los ciudadanos, pero subraya los apoyos en la Xunta, el Gobierno español y las entidades de ayuda a la emigración para capear el temporal. Afortunadamente, afirma, en el centro social español más importante del país sudamericano no se conocen casos graves que afecten a ningún gallego.

-¿Cómo se está afrontando desde la Hermandad la escasez de medicinas?

-Hicimos una campaña de donación de medicamentos y los buscamos en farmacias, el problema es que cada vez se consiguen menos, a pesar de que hemos ampliado la cantidad de boticas con las que trabajamos. Lo que hemos hecho es que los que vienen a recoger medicamentos siempre traigan su receta y, si pueden, dejen uno que no estén usando, y así se ayuda a más personas. Por otra parte, la Comisión Social siempre está ayudando a personas que necesitan medicinas o que están en situación de necesidad general. Esto sale del presupuesto del club. Y ya la administración anterior a esta hizo un planteamiento a la Xunta en este sentido, para traer medicamentos de España. Los que más necesitamos son los de la tercera edad, ya los tenemos identificados. Dependemos, sin embargo, de que sea viable introducirlos.

-¿Quiénes están llevando peor la crisis en el colectivo gallego?

-Pues sin duda las personas de la tercera edad. Ayudamos mucho a cuatro o cinco asilos que tienen parte del colectivo gallego. Tienen problemas graves, no solo de medicinas, sino también de alimentos y de bienes como pañales, que están muy escasos. Ya ni siquiera es un tema de dinero, sino de conseguirlos.

-¿Se están dando retornos masivos en la comunidad gallega?

-No. El mayor retorno que hemos percibido en la Hermandad es el de gente muy joven, gente que se va con la facilidad de que tiene la nacionalidad española. No hay datos exactos, pero en general ese es el grupo que más está marchándose. El resto del colectivo está, sin embargo, también golpeado por el tema de la crisis económica, la inseguridad y los seguros médicos, que han subido muchísimo.