Obama no dejará de dialogar con Irán pese a las reticencias de los reinos suníes

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

KEVIN LAMARQUE | Reuters

Garantiza apoyo ante cualquier agresión a cambio de más implicación contra el EI

22 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Barack Obama reafirmó ayer ante las monarquías del golfo Pérsico que no renuncia a mantener el diálogo con Irán, pese a las reticencias de sus aliados árabes suníes. A la vez dejó claro que Estados Unidos sigue siendo un fiel socio y que se necesitan, les guste o no. Así garantizó el total apoyo de EE.UU. ante cualquier amenaza y a la vez buscó más implicación de los países del Golfo en la lucha contra el Estado Islámico.

«Seguimos unidos en nuestra lucha contra el ISIL o el Daesh, que constituye una amenaza para todos nosotros», dijo Obama utilizando distintos acrónimos para designar a la milicia terrorista.

El presidente deja Riad con la promesa de disuadir y hacer frente a cualquier agresión contra los reinos del Golfo, temerosos de la influencia de Teherán en la región y su injerencia en los conflictos en los países con presencia chií. Como primer paso, se ha comprometido a que la Marina de EE.UU. efectúe patrullas marítimas conjuntas para evitar que Irán haga llegar armas a los rebeldes hutíes (una minoría cercana al chiismo) de Yemen, donde rige un precario alto el fuego. A cambio, los países del Golfo le prometieron aumentar su contribución a la coalición contra posiciones del califato en Irak y Siria.

Obama finalizó su visita de dos días a Arabia Saudí, tras ser el primer presidente estadounidense en participar como invitado en una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), que integra a Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar y Omán.

Unidad y visión común

Antes de la cumbre, el asesor de seguridad de Obama, Ben Rhodes, dejó claro que Washington quiere mantener con el país persa «sus contactos en los sectores en los que vea avances», pese a la oposición de sus aliados árabes y a que comparte con ellos las preocupaciones por las «actividades desestabilizadoras» iraníes. Antes de partir rumbo a Londres, el presidente se afanó en destacar la unidad con sus aliados del Golfo y la «visión común» que comparten. «Las tensiones de las que se ha hablado en los últimos tiempos siempre fueron sobredimensionadas», dijo. En su último año de mandato parece dispuesto apaciguar a sus detractores. No lo tiene fácil. Además del malestar creado por el acuerdo nuclear, Arabia Saudí tuvo que oír como en una entrevista a la revista The Atlantic Obama llamaba a Riad a compartir Oriente Medio con Irán. En dicha entrevista, también criticó que tanto los países del Golfo como los de Europa pidan acciones militares pero no se comprometan con sus propios recursos.