El acuerdo UE-Turquía no frena la avalancha

Leticia Álvarez LA VOZ EN IDOMENI

INTERNACIONAL

ALKIS KONSTANTINIDIS | Reuters

Los refugiados siguen llegando a las costas griegas tras entrar en vigor el plan de expulsión

21 mar 2016 . Actualizado a las 12:04 h.

Los cuerpos de dos pequeñas flotan sin vida en el mar Egeo. Se cayeron de la barcaza de plástico. Ni siquiera llegaron a pisar territorio europeo. El acuerdo entre la Unión Europea y Turquía ya está en marcha, y los primeros en llegar desconocían que a partir de ahora los van a devolver al país otomano y serán los últimos en la cola para el reasentamiento. No les importa: la desesperación de cientos de personas que huyen de la guerra es más grande. Las primeras deportaciones se prevén para principios de abril si Grecia es capaz de cumplir los plazos.

Vienen huyendo de bombardeos, terrorismo y dictaduras. Muchos recorren sus países de noche pagando en las fronteras y escondiéndose para que no les disparen. Las noticias de muertes de vecinos o familiares por el frío y temporal en aguas griegas tampoco les ha parado durante todo este tiempo. El acuerdo para la devolución de refugiados intentará disuadirlos aunque de momento durante las primeras 24 horas han desembarcado 875 refugiados, los mismos que las últimas semanas.

Para empezar con el papeleo, registros y estudiar de forma individual cada caso como establece el acuerdo, el Gobierno heleno trasladó directamente a los últimos exiliados que tendrán la oportunidad de quedarse en Europa. El puerto del Pireo de Atenas está saturado así que su destino fue Kavala a dos horas de Idomeni y cercano a la frontera con Turquía.

«Es una verguenza. Pensé que Europa era el continente de los derechos humanos y nos están tratando peor que a los animales», explica Qasey desde Idomeni. A pesar de llevar 20 días durmiendo en el suelo, sin ducharse y haciendo cola para tomar un vaso de sopa, él podrá quedarse en Europa, aunque sin escoger país.

Grecia está lidiando con más de 45.000 personas que tendrán que esperar meses en centros habilitados a contrarreloj y sobre saturados. Los que se acogen al plan europeo de reubicación tienen que apuntarse en la lista de espera. No hay plazas para todos en los centros, así que intentan pedir cita por Skype directamente en Atenas y Salónica. Grecia se enfrenta a una labor titánica con la ayuda de Europa pero sin la infraestructura necesaria. Se han enviado oficiales turcos a las islas griegas y oficiales griegos a Turquía para asegurar que se está cumpliendo lo pactado.

La UE asumirá el coste de las operaciones de retorno de los inmigrantes irregulares. Un plan que según el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, costará entre 280 y 300 millones de euros en los próximos seis meses y se desplegarán 4.000 funcionarios de los Estados miembros y de las agencias europeas Frontex y Easo. No habrá devoluciones masivas pero, de momento, se desconoce cómo se realizarán.

En Idomeni las autoridades griegas tratan de convencer a los migrantes para que acepten el traslado a los campos organizados en territorio heleno. Allí tendrán que esperar hasta que se ponga en marcha el plan europeo para reubicar a 160.000 en territorio de los 28. Los países de la UE apenas han aceptado poco más de 700.

«Sé que tengo suerte porque podré quedarme en Europa, aunque esta miseria que estamos viviendo nos quita las ganas de seguir luchando», relata Rania. «No nos moveremos de aquí porque tenemos que llegar a Alemania aunque sea pagando a las mafias», argumenta. Son los últimos que han entrado en Europa y podrán quedarse. El resto esperará en los centros de detención de las islas griegas hasta que estudien sus peticiones de asilo. Sirios e iraquíes podrán ser deportados, pese a la dramática situación de sus países.