El supermartes catapulta a Clinton y a Trump hacia la nominación

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Crece la alarma entre los republicanos y varios donantes recaudan fondos para una campaña contra el magnate

03 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton lograron una victoria rotunda el supermartes, al ganar en siete de los once estados en disputa. Los dos se catapultan hacia la nominación, pero con una enorme diferencia. Mientras el triunfo de Clinton ha servido para tranquilizar a su partido, el de Trump ha hecho sonar todas las alarmas en la formación conservadora.

 «Soy un unificador», dijo el magnate al celebrar su victoria. Era su respuesta a la creciente preocupación de los republicanos ante la posibilidad de que el triunfo del showman acabe provocando una fractura en sus filas. La sensación que daba el partido del elefante era de absoluta derrota. El neoyorquino había vencido y con ello, la formación o, como mínimo, la mayoría de sus dirigentes, creen haber perdido.

A pesar del resultado, Trump no tiene asegurada todavía la nominación aunque esta es casi inevitable. Pero ese casi, esa pequeña posibilidad que todavía queda de que no la consiga es lo que ha impulsado en las últimas horas varios planes para intentar impedirlo. Ted Cruz hizo un llamamiento a sus compañeros «que aún no han ganado un estado» para que se aparten de las primarias y le apoyen. El de Texas cree que de esa forma podría derrotar al magnate. Pero eso es imposible si no cuenta con los votos que se está llevando Marco Rubio y este ya ha dejado claro que no abandona.

Mientras se celebraban las primarias, algunos donantes del partido, entre los que estaba el financiero Paul Singer, organizaron una reunión para recaudar fondos con los que sufragar una campaña anti Trump. Pero también comienza a cundir el miedo a que demasiada presión contra el multimillonario acelere lo que ya muchos ven como una inevitable ruptura del partido.

Blancos y sin estudios

Trump obtiene la mayoría de sus votos de los estadounidenses blancos y sin estudios superiores. Pero no logra llegar a las mujeres, las minorías y la clase media. El problema para los republicanos es que no contar con esos votos significa dar a los demócratas la victoria en noviembre. Las encuestas así lo reflejan. Si las elecciones se celebraran ahora, cualquiera de los dos aspirantes demócratas derrotarían ampliamente al magnate.

Ese panorama que espanta a los republicanos es una buena noticia para la otra protagonista del supermartes, Hillary Clinton. Logró el voto del 80 % de los negros en los estados del sur y de más del 66 % de los hispanos de Texas, además de seis de cada diez votos blancos en la mayoría de los estados. Con ello demostró que su candidatura tiene una enorme solidez de cara a las presidenciales y aunque tampoco tiene aún asegurada la nominación, también en su caso parece inevitable. En el 2008 cuando se dio un panorama similar, Barack Obama fue el vencedor del supermartes pero por un margen mucho menor que el conseguido por Clinton este año. Y aun así, el hoy presidente fue imparable a partir de entonces.

La cita del día 15, el punto de inflexión

El calendario electoral tendrá el próximo día 15 de marzo un punto de inflexión para los republicanos. Ese día se celebran primarias en Florida, Ohio, Illinois, Misuri y Carolina del Norte. Los dos primeros estados son fundamentales.

De acuerdo con el reglamento republicano, en Florida y Ohio se aplicará el sistema de winner-take-all, es decir, el ganador se lleva todos los delegados en juego para la convención nacional. Hasta ahora, las votaciones han estado regidas por el reparto proporcional. Cambian los métodos y cambian también los favoritos, ya que a priori son estados desfavorables a Trump. Sin una clara victoria en su Florida natal, la suerte de Marco Rubio estará echada. Ohio tiene un valor histórico y sentimental, ya que la historia muestra que nunca un candidato republicano llegó a la Casa Blanca sin haber ganado las primarias en ese estado. Los dos estados suman un total de 165 delegados.

Así van los grandes rivales de los favoriros

La resurrección de Ted Cruz

THOMAS B SHEA | efe

Ted Cruz consiguió resucitar sus opciones de ser la alternativa al magnate, pese a un período en que todos lo ponían en duda. El senador ultraconservador venció en su estado, Texas, y también en Oklahoma, Alaska y Iowa. «No le he ganado una vez, le he ganado dos y tres veces», dijo la noche del martes en referencia a Donald Trump y antes de conocer los datos victoriosos de Alaska. 

Como sucedió cuando comenzaron las primarias, otra vez parece que si hay alguna alternativa al magnate sería la de Cruz. Pero, como entonces, la figura del texano provoca una enorme preocupación al establishment de su formación política. Su pertenencia al Tea Party, sus enfrentamientos con la dirección del partido en su labor como senador y su extremismo alarman a una buena parte de la dirección republicana. Aunque eso podría cambiar en los próximos días si la opción del texano es la única vía posible para parar a Trump.

Una prueba de ello la dio ya el martes Lindsey Graham, que se retiró de las primarias hace unas semanas: «Ted Cruz no es mi favorito de ninguna manera pero puede estar en una posición que haga que tengamos que unirnos a su alrededor como única forma de detener a Donald Trump», dijo en una entrevista.

Marco Rubio se hunde

ALEX WONG | afp

Marco Rubio ganó en Minnesota. Una sola victoria que no sirve para dulcificar el desastre de su supermartes. El senador de Florida quedó el tercero en ocho de los once estados, y en varios de ellos ni siquiera llegó al 20 % de los votos imprescindible para lograr algún delegado.

A pesar de eso, tanto él como su campaña reaccionaron con optimismo. Pretende continuar en las primarias hasta el final porque confía en una convención del partido abierta. Rubio cree que ante el elevado número de candidatos podría darse el caso de que ninguno llegara a esa cita de julio con los 1.237 votos necesarios. Eso supondría que cualquiera podría resultar elegido.

El optimismo que muestra Marco Rubio no es compartido por la mayoría de su partido. Importantes figuras republicanas habían estado advirtiendo los días previos que el senador no tenía entidad suficiente para derrotar a Donald Trump. Ni siquiera el apoyo de algunos importantes pesos pesados de la dirección conservadora ha logrado atraer votos para él. Y ahora además, se enfrenta a un Ted Cruz crecido tras sus tres victorias del martes. Pero Rubio confía ciegamente en el 15 de marzo cuando se votará en Florida aunque parece que ni siquiera arrasar allí puede servirle ya de mucho.

Sanders resiste, pero sin opciones

JOEL PAGE | reuters

«Hemos recorrido un largo camino en diez meses», aseguró Bernie Sanders en Vermont en la noche del supermartes. Acababa de saber que había vencido en cuatro estados. Su resultado es bueno aunque no suficiente para pensar que tiene alguna posibilidad de vencer a Hillary Clinton. A pesar de ello, aseguró que pretende continuar en la carrera y disputar a la exsecretaria de Estado cada voto.

Pero como él mismo reconoció lo que ha hecho en estos meses ha sido espectacular. Cuando comenzó era prácticamente un desconocido fuera de su estado y se enfrentaba a una de las personas más populares en su país. Lo logrado por el senador tiene algunos paralelismos con lo conseguido por Trump entre los republicanos porque también el de Vermont ha sabido atraer el voto de los descontentos, de esos cientos de miles de personas que están enfadados con los políticos tradicionales y su forma de hacer las cosas. Aunque a diferencia del magnate, Sanders ha hecho una campaña amable y positiva.

Otra de las cosas que ha logrado en estos diez meses es situar a Clinton más a la izquierda. Si la exsecretaria de Estado comenzó su campaña como moderada se ha visto obligada a desplazarse en el espectro ideológico para combatir a su oponente.