Irlanda, abocada a seguir el destino político de España

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

LEON NEAL | AFP

Los sondeos vaticinan que las elecciones de hoy dejarán un Parlamento fragmentado, con pactos complicados

26 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si la jornada electoral del viernes no da un giro total a los sondeos publicados durante de toda la campaña, Irlanda tendrá un escenario político similar al de España o Portugal, con un Parlamento fragmentado sin que ningún partido tenga una mayoría para gobernar en solitario o que permita repetir la coalición actual entre conservadores y laboristas.

Sabedor de ello, el primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, aprovechó hasta el último minuto de la campaña para pedir a los tres millones de irlandeses que acuden a las urnas, que den «un mensaje claro y tomen una decisión firme respecto a quién quieren que gobierne». O de los contrario llevarán al país a la «inestabilidad» económica.

Tanto Kenny, como la viceprimera ministra y líder laborista, Joan Burton, han defendido durante las tres últimas semanas su éxito en la recuperación irlandesa, desde que en el 2013 necesitasen un rescate europeo valorado en 85.000 millones de euros, hasta que a día de hoy, hayan conseguido un crecimiento económico del 7 % y bajado la cifra del paro al 8,8 % (aunque el desempleo juvenil es aún del 20%), según datos de enero.

Los ciudadanos en Dublín y en otros rincones del país afectados por las políticas de recortes y austeridad quieren que el Fine Gael y los laboristas se vayan del poder cuanto antes. «Paseo por Dublín todos los días y veo un número récord de personas sin hogar», explica el estudiante Glenn Fitzpatrick.

Esa cruel realidad provocó que muchos irlandeses saliesen a la calle para protestar contra el impuesto más impopular de todos, el del agua, que antes se suministraba gratis. Y que repercute directamente en el laborismo, que probablemente será el partido que se lleve la peor parte en estas elecciones.

Los irlandeses se decantarán por votar entre Fine Gael y Fianna Fáil, que se han ido alternando en el Gobierno desde la guerra civil irlandesa. Todo parece indicar que no dejarían su enemistad a un lado para gobernar juntos, por lo que no se descarta que se repitan las elecciones en los próximos seis meses.

Frente antiausteridad

El que parece que podría beneficiarse de todo ello es el partido de izquierdas Sinn Féin, que se ha posicionado como el frente antiausteridad asumiendo las tesis de partidos como Syriza o Podemos. Sin embargo, su pasado a la sombra del IRA lastra el respaldo de gran parte del electorado.

Así las cosas, desde el Gobierno piden más tiempo para seguir mejorando la economía y que no se tire a la basura lo conseguido hasta ahora. «La gente está desmoralizada, pero al mismo tiempo tenemos que ser realistas con lo que se puede hacer», recalca Dale McDermott, de las juventudes del Fine Gael.

Los principales candidatos

Enda Kenny, del democristiano Fine Gael

Enda Kenny quiere repetir como primer ministro tras conseguir sacar a Irlanda de una de sus peores crisis, sin embargo, su milagro económico no le garantiza una victoria. Político desde 1975, cuando sucedió a su padre como diputado por la circunscripción de May (noroeste), tras una legislatura marcada por el rescate de la UE y el FMI, muchos solo recordarán a Kenny sus duros recortes y subidas de impuestos.

Joan Burton, del Partido Laborista

Viceprimera ministra y responsable de Protección Social podría perder hasta la mitad de los votos logrados en el 2011 y pagar las consecuencias de una coalición marcada por la austeridad. Tras ejercer como profesora universitaria, se convirtió en la primera mujer en dirigir al Laborismo irlandés. Tomó las riendas tras los pésimos resultados en las elecciones europeas y locales del 2014, pero podría dejarlo aún con peores resultados.

Gerry Adams, del Sinn Féin

Gerry Adams es desde hace más de 30 años una de las figuras más reconocibles y controvertidas de la política irlandesa. Visto por muchos como un pacificador, para otros le reprochan que representa los 3.000 asesinatos llevados a cabo por el IRA durante tres décadas. Ahora intenta pasar página defendiendo que está preparado para entrar en el Gobierno y lidiar contra la austeridad.

Micheál Martin, del centrista Fianna Fáil

Busca devolver al partido a la primera línea de la política irlandesa, tras ser hegemónico durante décadas, aunque eso pasaría por gobernar en coalición con el Fine Gael, su histórico rival. Como ministro de Sanidad, Martin prohibió el tabaco en los lugares de trabajo, convirtiendo a Irlanda en país pionero. El electorado ve a su partido como el peor gestor de la crisis.