La ofensiva sobre Alepo cambia el rumbo de la guerra en Siria

Laura Fernández Palomo AMÁN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Ameer Al-Halbi | AFP

El Ejército ya se encuentra a 20 kilómetros de la frontera turca

09 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La ofensiva del régimen sirio sobre Alepo, lanzada la víspera de las negociaciones de paz en Ginebra y que finalmente bloqueó esta vía diplomática, está cambiando el curso de la guerra. No está claro que asegure la victoria militar de Bachar Al Asad, ni que llegue al corazón de la ciudad después de romper los cercos de los grupos rebeldes y arrebatar la principal vía de suministro con Turquía. Pero acomodará al Ejecutivo sirio y sus aliados internacionales, si se retoma el diálogo auspiciado por la ONU previsto para el próximo día 25.

Los rusos han liderado la estrategia, la técnica y la logística. Se reflejó en la mesa de negociaciones, cuando Moscú parecía aceptar una salida de Al Asad a medio plazo pero imposibilitaba el proceso al no cesar los bombardeos, como pedía la oposición. Su intervención impacta ahora de lleno en el campo de batalla después de que el régimen se mostrara incapaz de contrarrestar la ventaja rebelde. El avance en Alepo ha empezado a denominarse la madre de todas las batallas por el golpe moral a las fuerzas rebeldes y la recuperación de la que fue la ciudad más poblada de Siria. El lunes el Ejército se aproximaba a Azaz y a Tell Rifaat, a 20 kilómetros de la frontera turca, con el apoyo de la aviación rusa, milicias iraníes y Hezbolá.

Esta aproximación provoca a Turquía, que ha estado armando a la oposición por esta ruta, tanto como a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, patrocinadores de algunos grupos rebelde, por lo que ya han advertido que están preparados para enviar tropas a Siria.

Parece que el Estado Islámico (EI) sigue sin ser una prioridad para los actores implicados. Rusia considera todos los frentes terroristas, mezclando guerra con política. La realidad es que Alepo está fragmentada y controlada por una amalgama de grupos armados. Desde el Frente Al Nusra, filial de Al Qaida que ha sido excluida de las conversaciones, hasta Ahrar al-Sham, una facción islamista con representación en Ginebra rechazada por Rusia, además del secular Ejército Libre Sirio, aliado moderado para Occidente.

Por su parte, la ONU sigue ampliando el expediente para el proceso político que debería reactivase en Suiza. El lunes calificó de «exterminio» la política del régimen en las cárceles al aportar un informe con 621 testimonios de supervivientes y testigos. La investigación asegura que miles de detenidos han muerto bajo custodia en las prisiones gubernamentales, hechos que califica como «crímenes contra la Humanidad». También ha revelado «juicios ilegales» del Frente al Nusra para dictar condenas a muerte de soldados y civiles. Naciones Unidas pide abordar la rendición de cuentas y reclama tanto sanciones como responsabilidades penales individuales. Los investigadores alertan que hay presos en cárceles del régimen a las que no tiene acceso la ONU. La oposición condicionó su permanencia en Ginebra a la liberación de los detenidos, aunque es la batalla de Alepo la que puede decantar la guerra.