Martes de carnaval trágico en Alemania

Patricia Baelo E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Mueren al menos diez personas y cien resultan heridas en el choque frontal de dos trenes de cercanías en Baviera, que pudo deberse a un error humano

10 feb 2016 . Actualizado a las 01:47 h.

Nunca antes un martes de carnaval fue más triste. Ayer Alemania amanecía conmocionada por el peor accidente ferroviario de los últimos años. Al menos diez personas murieron y un centenar resultaron heridas, 18 de ellas de gravedad, tras el choque de dos trenes de cercanías en el estado federado de Baviera, en el sur del país. El siniestro ocurrió alrededor de las 6.48 hora local, cuando los dos convoyes de la compañía Meridian, que cubrían el trayecto entre de Holzkirchen y Rosenheim, colisionaban frontalmente provocando el descarrilamiento de uno de ellos en un tramo de una sola vía a la altura de Bad Aibling, a unos 50 kilómetros al sureste de Múnich.

Según informó a última hora de la tarde el diario Hannoversche Allgemeine Zeitung, remitiéndose a «fuentes fiables» de la investigación, la causa fue un error humano. Eso sí, nadie se atreve a señalar con el dedo. Ni a los maquinistas, que fallecieron en el acto, ni al personal de la estación. Algunos van más lejos, como el exingeniero de la ferroviaria estatal Deutsche Bahn Karl-Dieter Bodack, quien apuesta por «un fallo técnico provocado» en declaraciones a The Huffington Post. Lo único que está claro es que los trenes cambiaron su plan de viaje sin motivo aparente, «algo que se investigará ahora», explicó el ministro de Interior de Baviera, Joachim Herrmann.

Horas antes, en rueda de prensa, el titular de Transportes, Alexander Dobrindt, informó que los dos trenes chocaron a «gran velocidad», en un tramo donde el máximo permitido es de 100 kilómetros por hora. Al tratarse de una curva, los maquinistas no pudieron reaccionar. De momento se han encontrado entre los escombros dos de las tres cajas negras. «Es una hora difícil en la historia del transporte ferroviario de Alemania», declaró Dobrindt. De hecho se trata del peor accidente de este tipo desde que en el 2012 un tren regional y uno de mercancías se estamparan, con un saldo de 3 muertos y 13 heridos. El siniestro más grave registrado en Baviera se remonta a 1975, cuando dos expresos chocaron a la altura de Warngau, causando la muerte a 41 personas.

Suspendidos los actos de hoy

Visiblemente conmocionada, la canciller alemana trasladó sus condolencias a las familias de las víctimas. «También están en mis pensamientos los numerosos heridos. Les deseo una rápida y, en lo posible, completa recuperación», dijo Angela Merkel a través de un comunicado. Por su parte, el jefe del Gobierno bávaro, Horst Seehofer, quien tiene previsto acercarse hoy hasta el lugar del accidente, lo calificó de «tragedia, que inunda de tristeza al país«. Todos los partidos políticos han cancelado el tradicional programa del Miércoles de Ceniza en Baviera. Al igual que la ciudad de Rosenheim, que suspendió los festejos. «El martes de carnaval del 2016 es un día negro para toda la región», argumentó la alcaldesa, Gabriele Bauer.

«Oía gritos de auxilio por todas partes»

Cuando el tren se detuvo en la estación de Kolbermoor, notó el frenazo y supo que algo no marchaba bien. Patrick B., uno de los heridos leves en el accidente ferroviario de Bad Aibling, relata su experiencia al portal de noticias regional Rosenheim24. «De pronto se oyó un ruido muy extraño y la luz del vagón se apagó», explica. A partir de ahí, en medio de la oscuridad, comenzó a oír gritos «de auxilio por todas partes». Él mismo accionó la palanca de emergencia y ayudó a otro pasajero a escapar del tren.

Una vez fuera, se unió al grupo de los supervivientes. «Había un hombre que tenía la pierna rota, no podíamos transportarlo», cuenta. A los minutos comenzaron a llegar los servicios de rescate y unos 500 voluntarios. Patrick ya está sano y salvo en su casa, consciente de la suerte que tuvo.

Mientras, el horror se apodera de los vecinos de Rosenheim. «Una amiga mía coge cada mañana ese tren. No consigo localizarla. Ni a ella ni a su familia», confiesa una mujer a la revista Focus. La pequeña localidad bávara está conmocionada por la tragedia. «Hemos tenido tanta suerte de que fueran vacaciones. Normalmente los trenes van a tope, como si fueran autobuses escolares», dice otro al rotativo Süddeutsche Zeitung. Y es que, según el jefe de la policía local, lo habitual es que ambos trenes vayan llenos de estudiantes que se trasladan a sus centros escolares.