La química que desangra el capital de Merkel

juan carlos barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

ARNO BURGI | Efe

Petry dirige la Alternativa para Alemania (AfD), una formación intolerante y de tintes xenófobos

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Nació hace ahora tres años como un partido populista y euroescéptico, crítico con la política de Bruselas en la crisis financiera de la UE, y ha ido degenerando, según se agrava la crisis de los refugiados, hacia una formación intolerante y de tintes xenófobos que está consiguiendo integrar a los insatisfechos de la sociedad alemana en el extremo más ultraconservador. La Alternativa para Alemania (AfD) es la nueva formación que resta votos a los partidos establecidos y amenaza con arrebatar un espacio que controlaba hasta ahora cómodamente la CDU de Angela Merkel. A un mes de las elecciones regionales en los estados federados de Renania-Palatinado, Baden Württemberg y de Sajonia-Anhalt, AfD está consiguiendo alcanzar nuevas cotas de intención de voto aprovechando la pérdida de popularidad de la canciller por su generosa política hacía los refugiados. Una encuesta de esta semana concedía a la formación populista un 12% de votos y la situaba como tercera fuerza, por detrás de los conservadores y sus socios socialdemócratas. Ni un solo analista duda de que AfD conseguirá escaños en las tres cámaras regionales que han llamado a las urnas el próximo 13 de marzo y de que lo hará con mejores resultados que nunca.

El patinazo hacia la extrema derecha se remonta a un cisma en el 2015, cuando abandonó la fundación su fundador, el catedrático de Economía Bernd Lucke, tras perder las elecciones para la jefatura del partido en un congreso. Tras él se retiraron otras figuras de prestigio, como el eurodiputado y antiguo presidente de la Confederación de la Industria Alemana Hans Olaf Henkel, al igual que otros dirigentes, todos en desacuerdo con la política iniciada por la nueva líder populista Frauke Petry.

Científica, empresaria, diputada en el Parlamento de Sajonia, madre de cuatro hijos, a sus 40 años, ha demostrado que se atreve con todo tras convertirse en el rostro visible y la voz del partido emergente que el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, considera «una vergüenza» para el país. Nacida y criada en la extinta RDA, en la ciudad de Dresde, Petry carecía de experiencia política cuando en 2013 se sumó al equipo fundacional de AfD y se convirtió en una de sus portavoces. Doctora magna cum laude en Ciencias Químicas por la Universidad de Gotinga, trabajó en el Instituto de Farmacología y Toxicología y cuenta con varias publicaciones en prestigiosas revistas. En 2007 fundó en Leipzig la empresa PURinvent GmbH para producir un derivado del poliuretano que se utiliza en la fabricación de neumáticos, iniciativa que le valió varios premios, entre ellos la Medalla al Mérito de Alemania, así como subvenciones. Pese a todo, en 2013 tuvo que declararse insolvente y vender su firma a un consorcio inversor del sur de Alemania, que la mantuvo como gerente hasta que a finales del año pasado abandonó el cargo para dedicarse a la política.