El asesinato del exespía Litvinenko «probablemente» contó con la aprobación de Putin

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

AP

Un infome de la inteligencia británico considera que se trató de una operació de los servicios de seguridad rusos

22 ene 2016 . Actualizado a las 11:41 h.

En el año en el que se cumple una década desde la muerte del exespía ruso Alexánder Litvinenko, la investigación británica concluyó el jueves que Vladimir Putin habría autorizado el envenenamiento con la sustancia radiactiva polonio 210. A la espera de que sea el propio presidente ruso quien valore el informe británico, la primera reacción salió el jueves de boca de la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova. Según sus palabras, el resultado de la investigación está «politizado» y busca «mancillar» la imagen de Rusia.

Poco después, el jefe de prensa del Kremlin, Dmitri Peskov, señalaba que «tales pseudoinvestigaciones envenenarán aun más la atmósfera de nuestras relaciones bilaterales», después de calificar el informe de «broma». «Esto solo se puede achacar a ese humor británico tan refinado», subrayó.

El juez Robert Owen, a cargo de la investigación, hizo publico el jueves el esperado informe de 328 páginas en el que señala que la operación para asesinar a Litvinenko fue planificada por el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, sucesor de la extinta KGB) y aprobada «probablemente» después por Putin.

Para David Cameron, los resultados de la investigación son «extremadamente perturbadores» y el asesinato, «una acción de Estado». La investigación no tiene consecuencias penales directas, pero sí confirma lo que para la opinión pública era un secreto a voces, ya que Litvinenko en su lecho de muerte culpó de su muerte al jefe del Kremlin.

La viuda exige un castigo

Su viuda, Marina Litvinenko, que compareció ante la prensa con su hijo pocos minutos después de hacerse público el informe, dijo que «pocas personas están dispuestas a acusar a presidente de Rusia de manera directa, o de tomar una decisión tan valiente». La ministra de Interior, Theresa May, apuntó que el crimen es «una evidente e inaceptable violación» del derecho internacional, añadiendo que su Gobierno se tomará «muy en serio» el informe y las consecuentes medidas. La primera de ellas fue la congelación de los activos de los presuntos asesinos, los ciudadanos rusos Andréi Lugovói y Dmitri Kovtum, así como convocar a una reunión al embajador ruso en Londres, Alexánder Yakovenko. Estas medidas no son suficientes para los partidos de la oposición y la viuda, quienes quieren que se imponga también sanciones directas a Putin, así como la extradición de Lugovói y Kovtum, una acción que Londres ya intentó en el pasado y no consiguió. Además, Lugovói cuenta con inmunidad al ser diputado de la Duma. El cuerpo de Litvinenko reposa en un ataúd de plomo para evitar fugas radiactivas en un cementerio de Londres.