Arabia Saudí se refuerza frente a Irán con una alianza militar islámica

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

La coalición, integrada por 34 países suníes, se crea para combatir el terrorismo y tendrá su centro de operaciones conjuntas en Riad

16 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Arabia Saudí movió ayer ficha para reforzarse como potencia líder en el mundo musulmán suní frente a Irán con la creación de una coalición militar islámica para combatir el terrorismo. Una alianza formada por 34 países, en la que están excluidos los países chiíes como su histórico rival, así como Siria e Irak (gobiernos de esa confesión y próximos a la república de los ayatolás), a pesar de compartir un enemigo común: el Estado Islámico.

La alianza contará con un centro de mando en Riad e incluye entre sus miembros a países árabes de Oriente Medio y también de Asia y África, entre ellos Marruecos, Sudán, Egipto, Turquía, Pakistán, Malasia y Nigeria.

El ministro de Defensa saudí y segundo en la línea de sucesión al trono, Mohamed Bin Salman, presentó a la prensa la iniciativa como la voluntad del mundo islámico de «combatir el terrorismo y ser un socio en la lucha mundial contra esta lacra que los musulmanes han sido los primeros en sufrir». Cuando le preguntaron si la coalición se centrará en luchar contra el EI, el hijo del rey Salman indicó que combatiría «cualquier organización terrorista». Dejó sin aclarar que entiende como terrorismo. Por lo pronto, la legislación saudí califica así a las acciones de los activistas de la oposición pacífica que exigen reformas en el ultraconservador reino. En Arabia Saudí rige la ideología wahabí, una versión muy rigorista del islam suní y ligada a grupos como Al Qaida. Se le reprocha no solo ser laxa con el terrorismo suní si no también financiar a los radicales.

El príncipe habló de coordinar las operaciones con las autoridades legítimas en Siria e Irak y con la comunidad internacional». Dejó en el aire cómo obtendrá esa aprobación si uno de sus objetivos es la caída del régimen alauí (una secta chií) de Bachar al Asad y el Gobierno de Bagdad está dominado por proiraníes.

EE.UU. optó por dar la bienvenida a la decisión de Riad, un aliado que le reprocha su acercamiento a Irán. El jefe del Pentágono, Ashton Carter, dijo que la decisión está en línea con los llamamientos de su país a una mayor implicación del mundo musulmán en la lucha como EI y la necesidad de movilizar tropas en tierra, en particular árabes, para ganar la guerra al califato.

Desde la llegada al poder del rey Salman y tras el fin del aislamiento de Teherán, la política exterior saudí es claramente más agresiva. Para los analistas, el príncipe Mohamed pretende con su iniciativa no solo dotar de legitimidad internacional su política exterior, sino reforzar también su posición dentro del reino.

Riad ya lidera la coalición que bombardea a los rebeldes chiíes de Yemen, además de participar en la de Estados Unidos contra el Estado Islámico en Siria e Irak.

Nueva ronda de negociaciones de paz

La coalición árabe comandada por Riad no ha conseguido doblegar a los hutíes (secta derivada del chiismo) en Yemen, a pesar de su superior potencial militar. Nueve meses de guerra han costado ya la vida a 6.000 personas, la mitad de ellos civiles. Con un conflicto estacando, ante la incapacidad de las fuerzas del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi de retomar el control de la capital y las regiones conquistadas por los rebeldes, ayer entró en vigor un alto el fuego con motivo del inicio de una nueva ronda de negociaciones de paz en Suiza, bajo mediación de las Naciones Unidas. Los hutíes y las fuerzas gubernamentales se lanzaron acusaciones cruzadas de no respetar la tregua.