Homs, capital de la revolución, vuelve a manos del régimen de Bachar al Asad

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

LOUAI BESHARA | afp

Arabia Saudí trata de forjar un frente opositor para negociar la paz con Damasco

10 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Homs, capital de la revolución contra Bachar al Asad, ha vuelto a manos del régimen cuatro años después. Los insurgentes han abandonado la lucha en Al Waer, el último barrio que seguía bajo control rebelde. Más de 700 civiles y rebeldes salieron ayer de la ciudad, tras un acuerdo con el poder de Damasco que tuvo lugar después de una ofensiva terrestre, apoyada por cazas rusos.

Un convoy de diez autobuses, donde iban mujeres niños y ancianos, y otros cinco, con combatientes -algunos portando Kalashnikov-, fueron custodiados por ambulancias de la Media Luna Roja con heridos, vehículos de la ONU y del Ejército sirio para evitar incidentes, según el corresponsal de AFP. El destino de los 300 combatientes -islamistas y grupos vinculados a Al Qaida- y sus familias son zonas controladas por los rebeldes en Idlib, fronteriza con Turquía. Pero otros insurgentes moderados vecinos de Homs han decidido volver a la vida civil y aceptar la derrota.

Las habitantes de Homs dejan atrás un largo asedio de tres años. La esperanza es que la normalidad regrese al barrio devastado por la guerra. «Se respira un ambiente positivo, la gente está en la calle y se siente contenta», contó a Efe el activista Mohamed Oglu.

Los civiles han pagado un precio muy alto. En el 2011, Homs fue el epicentro de una revuelta pacífica duramente reprimida y a partir del 2012 objetivo de incesantes bombardeos. Antes de la guerra era el centro industrial de Siria y contaba con 800.000 habitantes, la mayoría suníes.

Grandes zonas de esta provincia siguen en manos del Frente Al Nusra, la filial siria de Al Qaida, que controla el noreste, y el Estado Islámico, en el este, donde está la antigua ciudad de Palmira.

La evacuación de los rebeldes coincide con el intento de Arabia Saudí de forjar un frente opositor común para negociar la paz con el régimen de Al Asad en las negociaciones de enero en Viena.

Un lujoso hotel de Riad acoge una reunión a puerta cerrada de grupos políticos y armados opositores. El objetivo de unir a la fracturada oposición no parece que vaya a ocurrir por ahora. Algunos insurgentes no han sido invitados, entre ellos los kurdos, que optaron por organizar una reunión paralela. Mientras la invitación de Ahrar al Sham, salafistas que colabora con Al Qaida, provocó la retirada de otros grupos. Ahrar al Sham ya anunció que no aceptarán ningún acuerdo que no incluya el fin de la ocupación de Siria por iraníes y rusos. Arabia Saudí lo tiene difícil, pero juega a su favor ser el principal financiador de la insurgencia contra Bachar al Asad.

Netanyahu, un apoyo para Trump

Barack Obama aprovechó ayer una acto conmemorativo del fin de la esclavitud para urgir a la tolerancia, en medio del revuelo causando por Donald Trump con su propuesta de prohibir la entrada de musulmanes a EE.UU. Ante las críticas de todos los republicanos, Trump no descarta presentarse como independiente. Mientras, continúan las reacciones de rechazo: el boicot a productos de Trump en países del golfo pérsico, Escocia le retiró su estatus de embajador de negocios, el Parlamento británico debatirá una petición con más de 140.000 firmas para prohibirle la entrada al país. Hay una excepción: Benjamin Netanyahu recibirá el día 28 a un Trump que quiere visitar la Explanada de las Mezquitas.

Un francés retornado de Siria, el tercer suicida de Bataclan

El francés retornado de Siria Fued Mohamed Aggad ha sido identificado como el tercer terrorista que accionó su chaleco de explosivos en la sala Bataclan, junto a Sami Amimour y Ismail Omar Mostefai. Fue su familia la que puso a la policía tras su pista al informar de que había recibido un SMS de un número sirio donde se le comunicaba que su hijo había muerto como «mártir en París» el pasado 13 de noviembre.

A partir de esa información, los investigadores pudieron cotejar el ADN de la familia con los restos hallados en la sala en la que fueron asesinadas 89 personas y más de 200 resultaron heridas. Su padre afirmó ayer que de haber sabido que su hijo un día iba a cometer algo parecido, «lo habría matado antes».

Aggad tenía 23 años y era originario del distrito de La Meinau, uno de los barrios más problemáticos de Estrasburgo. Reclutado por Murad Farès, uno de los principales captadores de yihadistas franceses -ahora arrestado en Turquía-, había partido a Siria en diciembre del 2013 junto a su hermano Karim, de 25, y siete amigos. Dos de ellos, los hermanos Murad y Yasín Budjelal, murieron al poco de llegar, el resto fueron detenidos a su regreso a Francia en el 2014, salvo Foued Mohamed que se quedó en Siria. Su hermano sigue en prisión.

Aggad es el sexto yihadistas del 13N identificado. Falta el tercer miembro del comando de las terrazas (junto a Brahim Abdeslam y Abdelhamid Abaud) que se cree que es el hombre que se inmoló durante el asalto policial al piso de Saint Denis, y dos de los tres kamikazes del Estado de Francia (solo se conoce la identidad de Bilal Hadfi). El único prófugo es Salah Abdeslam.